Todo el montaje de la Navidad es kitsch, de acuerdo, pero ¿qué cosa hay que no sea kitsch, o sea, mezcla abigarrada de trozos del pasado, artificio, imitación, mala copia? Comencemos por uno mismo. Desde el primer día de vida empieza uno a copiarse, en busca de un estilo propio que no llega. Cuando creemos haber dado con él nos damos cuenta de que es sólo un artefacto, un mal remedo de lo buscado, un kitsch. Sigamos con las ideas, fruto todas ellas de mezclas incesantes y mal casadas de ideas anteriores, de las que tratan de obtener la fuerza, hasta que sopla un viento y el decorado se cae. ¿Qué es la Navidad? Probemos a hacer inventario: adornos, luces, regalos, árbol, nacimiento, lotería, deseos de paz y amor, brindis, comida en familia, cava, turrón, cambio de un año por otro, todo alrededor de un bello y lejano mito.Ya que está ahí ¿por qué no disfrutar de la representación?