Al hilo del tarifazo, un amigo me manda la siguiente reflexión preocupante: cuanto más ahorremos en el consumo eléctrico, más subirá la tarifa, debido a que existe una enorme sobrecapacidad productiva que hay que pagar para compensar a las eléctricas por sus inversiones „necesarias, se supone, para garantizar un subministro estratégico„. Mientras doy vueltas a la reflexión, salta un titular de prensa: Los precios de la telefonía móvil se han desplomado un 22% en un año. Cosas de la competencia y de la libertad para cambiar de proveedor.

En siete años, el precio de la llamada entre móviles de contrato ha bajado a menos de la mitad; en el mismo tiempo, el de la electricidad para el usuario doméstico medio ha subido más del 60%. No es de extrañar que las familias en situación más precaria racionen las horas de calefacción y vean la tele entre mantas mientras sus retoños no paran de whatsapear con el móvil; parece algo absurdo, pero a eso nos lleva que lo superfluo se ponga asequible mientras lo indispensable se vuelve inalcanzable.

Las leyes del merado dicen que cuando aumenta la oferta y se reduce la demanda los precios deben caer, lo que a su vez provoca que la demanda aumente mientras la oferta se reduce, y se alcance un nuevo equilibrio. Eso no está ocurriendo con gran parte de los servicios básicos españoles. Suben las tarifas del agua y de la electricidad, suben los peajes, suben los impuestos que son el precio de los servicios gratuitos del estado. Desde que empezó la crisis ha bajado el salario medio y más todavía los de la franja inferior, y además se ha reducido el número de quienes lo cobran. La capacidad de compra de las familias se ha hundido, pero servicios como los citados no responden a la caída de la demanda con un descenso de los precios. ¿Se ha ido el mercado de vacaciones? ¿O tal vez nunca estuvo allí?

A privatizar garantizando los beneficios de empresas repletas de antiguos altos cargos (la famosa puerta giratoria) le llaman liberalizar. No creo que Adam Smith estuviera de acuerdo. El tarifazo (detenido por el momento) llegó tras un disgusto de las eléctricas con el gobierno. ¿Casualidad? Si el poder debe garantizar algo, que garantice precios asequibles y que se muevan acordes con la capacidad de los bolsillos del pueblo. Y si se liberaliza, que sea de verdad, con una competencia auténtica que haga bajar las tarifas cuando se hunde la demanda.