Los titulares de los periódicos han pasado de distinguirse por su claridad u opacidad enunciativa a ser más o menos SEO. Ahí radica su valor en la web. ¿Saben a qué me refiero con SEO? Si no es así, no deben culparse por ello, salvo que sean periodistas. Entonces sí; si no saben lo que es el Search Engine Optimization o no dominan su técnica probablemente acaben moviéndose como un pulpo en un garaje en las nuevas coordenadas de este oficio sujeto a la tiranía de los buscadores de internet.

Search Engine Optimization podría traducirse al español como una optimización de los motores de búsqueda en la red o, para ser más precisos, el proceso que se sigue para conseguir un mejor posicionamiento en la web y obtener, se supone de esa manera, mayor número de lectores. En la red, las noticias no sólo hay que contarlas bien y si es posible primero que nadie „el sentido de la anticipación es connatural al periodismo„, ahora hace falta también saber posicionarse con las palabras adecuadas en los titulares. Ello no significa, sin embargo, que esas palabras lo sean desde el punto de vista de la ortodoxia informativa. A veces es necesario retorcer algo la realidad. Sí, ya sé que en el papel se han afilado los hechos durante décadas, entre otros fines, para atraer lectores. Que la realidad no te estropee un buen titular es una de las sentencias que han inundado de cinismo las redacciones del planeta.

El problema ahora es que el SEO ha pasado a convertirse en una regla de oro del oficio periodístico digital para sobrevivir en la jungla de los buscadores. Hallar la palabra clave o estratégica, no la precisa, ni la que describe mejor los hechos, es el objetivo de los periodistas en esta nueva zambullida. Puede que muchos de ellos obsesionados con los posicionamientos de las noticias en Google se olviden de escribirlas como es debido, interpretarlas o jerarquizarlas como merecen los lectores. Puede que la misma esencia del oficio esté en peligro.