l día siguiente de aprobarse el decreto de Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL) en Balears, UPyD lo calificó de "esquizofrénico" Por una parte, pretende acabar con la inmersión lingüística en los centros de enseñanza primaria y secundaria, al reconocer como lenguas vehiculares el catalán , el castellano y una lengua extranjera, cada una de ellas con una carga horaria mínima del 30%. Una gran noticia para los defensores del bilingüismo. Por otra, contiene incomprensiblemente un artículo "suicida" que "mata" el espíritu del decreto, el artículo 20, que permite, mediante una vía alternativa de aplicación del proyecto, prolongar la inmersión lingüística en todas las materias con la única concesión de impartir una materia no troncal, es decir, "maría", en castellano. Un mal menor para los defensores de la inmersión en catalán.

Vaticinios cumplidos. Hicimos el siguiente pronóstico: todos los centros públicos, apoyados o dirigidos por los partidos de la oposición y sindicatos, se acogerán al artículo 20, evitarán dar clases en lengua extranjera y reservarán para el castellano una o a lo sumo dos materias marías.

Pues bien, nuestras previsiones se han ido cumpliendo milimétricamente. A continuación, los hechos objetivos, con fecha de 31 de mayo.

Primero. Ningún centro público ha optado por la vía ordinaria de aplicación del decreto TIL, la que garantiza que la carga horaria de las tres lenguas vehiculares sea como mínimo del 30%

Segundo. Los partidos de la oposición, con el PSIB a la cabeza, y los sindicatos STEI, CCOO y UGT, que defienden la imposición de la inmersión en nombre de la libertad, se han opuesto frontalmente al decreto TIL y han aconsejado boicotearlo o acogerse, como mal menor, al artículo 20, en espera de que las próximas elecciones les permitan derogar el TIL.

Tercero. La mayor parte de los profesores de los centros públicos han ofrecido una resistencia activa o pasiva al proyecto TIL, tanto en lo referido a la lengua vehicular extranjera como al castellano.

Cuarto. Los directores de los centros públicos y la Comisión de Coordinación Pedagógica, compuesta por los jefes de departamento, han mostrado muy poco interés en aplicar el espíritu del decreto TIL, con el argumento de que no hay profesores capacitados para dar clases en inglés.

Quinto. Ningún centro público ha optado por la vía ordinaria de aplicación del decreto TIL, la que garantiza que la carga horaria de las tres lenguas vehiculares sea como mínimo del 30%.

Sexto. Todos los centros públicos se han acogido al artículo 20, renunciando la mayoría a impartir materias no lingüísticas en inglés para impartirlas en catalán y relegando al castellano una o dos materias no troncales: Música, Educación Plástica o Educación Física.

Séptimo. La Conselleria ha enviado una circular a los centros indicando que, caso de acogerse al artículo 20, las materias que no se impartan en lengua extranjera deben repartirse de forma equilibrada entre las dos lenguas oficiales de la comunidad.

Octavo. Los directores de los centros públicos y la comisión de coordinación pedagógica han dado a la expresión "de forma equilibrada", contrariando el rigor científico, el significado de "proporción razonable" y han mantenido que todas las materias no lingüísticas se impartan en catalán exceptuado una o dos marías en castellano.

Hasta aquí, los hechos que han confirmado nuestros vaticinios. Saque el lector sus conclusiones.

Vaticinios que se cumplirán. A continuación, UPyD se atreve a vaticinar los hechos siguientes, que ocurrirán durante el mes de Junio.

Primero. La Conselleria amenazará pero dará finalmente por buenos los proyectos vía artículo 20, redactados de la forma explicada anteriormente, renunciando a defender el espíritu del proyecto.

Segundo. Los consejos escolares aprobarán los proyectos vía artículo 20.

Tercero. Como es preceptiva una consulta no vinculante a las familias, los centros se limitarán a colgar en la web (que pocos padres consultan) el proyecto vía artículo 20, redactado sólo en catalán, y a publicar una fecha para la consulta.

Cuarto. La única información que los centros darán a los padres, para cumplir con las exigencias de la Conselleria, será a los representantes de la asociación de padres y madres, formada por menos de un 15% de los padres.

Quinto. Acudirá a votar menos de un 15% de los padres, precisamente los más concienciados con la inmersión. El resultado será favorable al proyecto vía artículo 20.

Sexto. Los centros publicarán los resultados de la votación y ocultarán la abstención, que rondará el 85%, para así trasladar a la opinión pública que el proyecto vía artículo 20 ha sido apoyado por el 90% de los padres.

Séptimo. Los centros privados concertados acogerán favorablemente el decreto TIL, lo aplicarán progresivamente y abrirán una brecha mayor de calidad a su favor.

Octavo. Los padres más concienciados y preocupados por la educación de sus hijos compararán las ofertas educativas de los centros públicos y concertados y se inclinarán por la de los concertados.

¿Por qué el exconseller Bosch introdujo el "suicida" artículo 20 en el proyecto TIL, sabiendo que se convertiría en vía de escape? ¿Por qué los partidos de la oposición y los profesores y directores de centros públicos se oponen frontalmente al espíritu del TIL y prefieren seguir con el modelo de inmersión? Tal vez el lector, que ha sacado sus conclusiones, pueda contestarse a sí mismo a la vez que se lleva las manos a la cabeza.

* Coordinador de Educación de UPyD Balears