El de la Tabla Redonda, en Camelot, es uno de los relatos constituyentes de Occidente y podría ser un mito profético para la Unión Europea. A su vez, el ideal caballeresco, con su individualismo y su entrega a la defensa del débil, anticipa los valores íntimos de la socialdemocracia. Camelot y la Tabla Redonda, en la que un grupo de reyezuelos belicosos se une para vivir en paz, sin que nadie sea más que nadie y protegiendo al débil, no se viene abajo por la traición del caballero Lancelot y la reina Ginebra al venerable Arturo, ni por la rebelión de Mordred, hijo de Arturo y la bruja Morgana, sino, sobre todo, por el insoportable aburrimiento que provoca la paz en quienes llevan en su herencia genética, programada durante milenios, la guerra de unos contra otros, la intriga para destruirse entre sí, la prioridad en ser más que el vecino, aunque sea a costa de ser menos todos.