Según Niels Bohr, el padre de la teoría atómica, predecir es muy difícil, "especialmente en lo referido al futuro". Pero uno, que es un ingenuo, intentará predecir un futuro próximo. A la vez, el ingenuo se sorprenderá al comprobar un enorme error en la predicción€ del pasado. Para empezar, el president de Catalunya se propone convocar un referéndum en el que los habitantes en la nación catalana expresarán el deseo de continuar o no dependiendo de España.

La propuesta ha sido acogida entre el entusiasmo de algunos y la alarma de otros que, ante el temor de que España se rompa, se han apresurado a señalar la ilegalidad de la propuesta. Puesto que no encaja dentro de las leyes del Estado, no puede tener lugar.

Pero la palabra "puede" tiene dos significados: uno "puede" hacer el nudo de su corbata porque tiene la destreza adecuada y sabe hacerlo. Pero uno también "puede" circular por la derecha en una autopista y no puede por la izquierda. Visto así, el president "puede" convocar un referéndum según el primer sentido de la palabra y "no puede" según el segundo.

Así, sólo queda pensar en lo que ocurrirá el día en que, ejerciendo su capacidad para el primer "puede", el president de la Generalitat cometa el gravísimo delito de convocar la consulta. Posiblemente lo detendrán, lo esposen y lo presenten ante un juez, el cual podrá privarlo de libertad durante bastante tiempo.

¿Se lo imaginan? Si ahora, sólo la amenaza del referéndum ya ha revolucionado el país, el día en que un Presidente autonómico sea detenido por hacer una pregunta a sus ciudadanos, se fundirán todos los plomos. Si ahora hay miedo a la secesión de Cataluña, ese día la secesión será un hecho sin atrás. O sea, que el Gobierno central tiene en sus manos una patata caliente. Si da el permiso, se expone a que gane el independentismo y si lo niega, habrá forzado la victoria aplastante del independentismo. Muchos catalanes que ahora contemplan tibiamente la posibilidad de secesión, se convertirán en partidarios entusiastas en cuanto vean al president encarcelado.

No es fácil entenderlo. Si cualquiera puede hacer una encuesta preguntando si uno prefiere que gane el Barça o el Madrid, ¿por qué un president no va a poder preguntar sobre las preferencias de sus ciudadanos? No cabe duda que una encuesta no es lo mismo que un referéndum, pero la diferencia no parece tan grande como para que una pregunta esté reglamentada por la Constitución y otra pueda hacerla cualquiera.

Aún más. Si la consulta no se hiciera, todos los potencialmente consultados ya saben lo que hubieran respondido. O sea que la primera parte del referéndum ya está hecha. Sólo falta que se haga público lo que todos ya han respondido. En resumen, la regla constitucional impide la libertad de expresar el pensamiento. Es lo que se dice una atroz censura mental.

En la práctica, una norma que cualquier gobierno sensato debería seguir es la de no dar órdenes destinadas a no cumplirse y por mucho que el Gobierno central niegue el permiso, no hay duda de que no será obedecido con un resultado que puede ser brutalmente dramático. Por esto, el humilde autor de estas líneas se atreve a pronosticar el futuro: el referéndum será autorizado, por mucho que ahora lo niegue el Gobierno. Más le valdría haberlo pensado antes de hablar. Claro que esta profecía sólo tiene valor si, como decía más arriba, el Gobierno es sensato, lo cual está por demostrar.

Y ahora, viene lo que podría calificarse de profecía fallida sobre el pasado. La "rebeldía" del Gobierno de Cataluña obedece a unos desequilibrios económicos excesivos. Los fondos de solidaridad interterritorial imponen una presión económica excesiva sobre Cataluña y la secesión „o simplemente su amenaza„ es una táctica que intenta forzar un mejor equilibrio de la balanza. Pero si trasladamos las mismas razones a las Balears, la conveniencia de una secesión se multiplica. Si las Balears se separasen de España, resolverían una injusticia mucho más grande que la que invoca Cataluña. Visto lo cual, uno se pregunta cómo es posible que, a pesar el inmenso y constante expolio, en la comunidad balear nunca nadie se haya preguntado sobre la conveniencia de separarnos de la metrópoli explotadora. Es increíble que el separatismo balear ni siquiera haya sido una profecía, cuando es evidente que debió ser propuesta y cumplida hace decenios. El prototipo de profecía fracasada€ sobre el pasado.

Juan Crisóstomo Arriaga ha sido llamado "el Mozart" español, un músico excepcional a pesar de que la mayor parte de sus composiciones se perdió. Pero se conserva la obertura de una de sus óperas: Los esclavos felices. Ese debería ser nuestro verdadero himno; somos esclavos felices. Cornudos, apaleados y encima, contentos por pagar la cama. No merecemos la Balanguera.