Todos hemos recibido estos últimos tiempos noticias en periódicos, en radios y televisiones y con amplio eco en todo el mundo, de que un pueblo de Tarragona, Rasquera, quería ceder unos terrenos para la plantación de cannabis a la Asociación Barcelonesa Cannábica de Autoconsumo en el marco de un plan anticrisis que permitiría al Ayuntamiento de la localidad enjugar el déficit de sus arcas municipales.

Puede parecer una excentricidad, sin embargo, hay que leerlo en el entorno del debate internacional sobre las evidencias científicas versus las restricciones de tipo legal sobre el posible uso de estos compuestos, como es el movimiento llamado "Drogas y democracia: hacia un cambio de paradigma". Con la participación de importantes personalidades como Mario Vargas Llosa, César Gaviria, Ernesto Zedillo, Fernando Henrique, Moisés Naím, Paulo Coelho, Sergio Ramírez, plantearon que las políticas prohibicionistas basadas en la represión de la producción y la distribución, así como la criminalización del consumo, no han producido los resultados esperados. Y, asimismo, indican la necesidad de la discusión de un nuevo paradigma de políticas más seguras, eficientes y humanas, además de que debe enfocarse el consumo de droga como un tema de salud pública. Además, Uruguay acaba de legalizar la marihuana para luchar contra el narcotráfico y en septiembre empezará a sembrar sus cultivos.

El cannabis, la droga ilegal más utilizada en todos los países de nuestro entorno y que un 60% de estudiantes españoles reconocen haber consumido en alguna ocasión, es la droga con menor riesgo de desarrollar dependencia entre sus consumidores. Tiene riesgos su uso y también beneficios. Sin embargo, habría que evitar tanto, falsas alarmas que lleven a la desconfianza de los consumidores como el extremo contrario de no tomar medidas preventivas mientras no exista una evidencia certera. El consumo de cannabis está claramente asociado con la inducción de síntomas psicóticos y, posiblemente, es un factor de riesgo de la esquizofrenia en personas con una vulnerabilidad genética o psicosocial, siendo necesarias medidas preventivas en los grupos de alto riesgo que son fundamentalmente los consumidores de grandes cantidades de cannabis y los que inician el consumo en la adolescencia. Conclusión: el consumo de cannabis no es causa ni suficiente ni necesaria para la esquizofrenia, a la vista de que la mayoría de consumidores no desarrollan la enfermedad, y que la mayoría de pacientes esquizofrénicos no consumen cannabis.

Y si hay que de hablar de beneficios, es necesario incidir en el cannabis terapéutico, en sus distintas variedades, que se viene empleando en medicina desde la Antigüedad. Hay constancia de su uso en el tratamiento del reuma, el paludismo y la gripe en los tratados médicos chinos del 2700 a. C. Hoy en día, tenemos medicamentos aprobados y comercializados en España. Sus efectos terapéuticos están demostrados desde un punto de vista científico: propiedades terapéuticas de los cannabinoides, en especial analgesia, antivómitos, disminución de la presión intraocular, efecto antiemético en vómitos inducidos por quimioterapia antineoplásica, propiedades relajantes musculares en esclerosis múltiple, traumatismos medulares y alteraciones del movimiento. Además, algunas aportaciones recientes indican otros posibles usos de estas sustancias como neuroprotectores (en modelos animales de enfermedades neurodegenerativas e isquemia cerebral), antiasmáticos y anticonvulsivantes, e incluso anticancerosos (en algunos aspectos hay que ser cauto por ser la evidencia científica escasa, por lo que son necesarias investigaciones básicas y clínicas más amplias).

¿Qué relación tiene Mallorca con Rasquera y el proyecto de Cannabis?

El proyecto de Rasquera es fruto del conocimiento de la realidad y del trabajo serio, entre otras personas, de un joven abogado que con su ímpetu y fuerza, su apoyo a los que menos tienen y su empeño en tirar para adelante un proyecto legal con cannabis, ha movido relaciones, asesoría a asociaciones, recursos, escritos a la fiscalía, contactos con empresas diversas, relaciones con ayuntamientos y al fin el proyecto de Rasquera. Él se llama Martí Cánaves Llitrà y junto a él, un grupo de personas que le han ayudado y apoyado como Kika Cánaves, periodista, que ha llevado Rasquera a ser conocida en todo el mundo

Yo, al mismo tempo, he planteado que el proyecto debía tener tres líneas de la parte científica del proyecto, que sin élla no creemos que tuviera sentido este interesante proyecto legal que tiene la ciencia, el rigor, la salud y la prevención como ejes:

La prevención: producto esencial del proyecto, en el marco de adolescentes y jóvenes para hacer de él un mejor uso si se consume así como favorecer alternativas diferentes al uso

El cannabis medicinal con la investigación mediante ensayos clínicos con cannabis medicinal en pacientes con cáncer de mama por ejemplo, ya que en la toma de quimioterapia, el cannabis podría serle de gran ayuda en la mejora de su calidad de vida en esos días o semanas.

Investigaciones de seguimiento de los consumidores del cannabis para valorar los efectos a medio y largo plazo en personas sanas

Es evidente que teniendo en cuenta que entre los patrones conductuales de la sociedad, y concretamente de la juventud, existe una tendencia hacia lo prohibido y hacia el riesgo, cabría pensar que el hecho de liberalizar y restar importancia al empleo de estas sustancias en su finalidad recreativa, provocaría entre los jóvenes el efecto contrario y la pérdida del interés hacia este hábito.