A Mahoma le disgustaba el hecho que los ciudadanos árabes carecieran de pasado religioso o de presente litúrgico, como los judíos o los cristianos.

A Mahoma, al sentirse ofendido por tener que regirse por el año solar al igual que todos los pueblos de su entorno, le pareció oportuno disponer de una religión propia, monoteísta en su esencia como la de los judíos o los cristianos, que apoyaría sobre el año lunar. Y así fue como Mahoma, para superar su carencia de historia religiosa y de genética ancestral, cambió el año solar por el año lunar, aprovechando su retiro en La Meca, al hacerlo coincidir con el día de su huida a Medina, que se correspondía con el 16 de julio del año 622 de nuestra era, conocida como "Hégira", inicio de la era musulmana.

De esta manera quedó el año lunar árabe en 12 meses y 345,5 días. Para calcular el año en el calendario de la Hégira, debemos situarnos en el año de nuestra era, en este caso 2012, menos 622, dividido por 0,97, que es la proporción entre el año solar y el año lunar. El 1 de enero de 2007 de nuestra era coincidía con el mismo día del año lunar, lo que ocurre cada 34 años.

Habiendo establecido y formalizado el calendario lunar árabe, a Mahoma ya solo le quedaba la redacción del libro que marcaría lo que sería el derecho musulmán, siendo su mensaje que existe un solo Dios, Alá, creador de todas las cosas y el único al que hay que venerar y servir. Mahoma se sirvió de las revelaciones de Alá durante su retiro en La Meca y en Medina, y al carecer de pasado indentitario se apropió de la Biblia, como fuente de referencia de su propia historia y utilizó a los personajes bíblicos como propios.

Así, en el Corán, Sura II. Dado en Medina, 286 versículos. Versículo 57: Moisés pidió a Dios agua para apagar la sed de su pueblo y nosotros le dijimos: golpea la roca con tu varita. De pronto brotaron doce fuentes y cada tribu conoció el lugar en que debía apagar su sed. Dijimos a los hijos de Israel: comed y bebed de los bienes que Dios os dispensa y no obréis con violencia entregándoos a toda serie de desordenes en este país.

Versículo 81: Hemos dado el libro de la ley de Moisés, y le hemos hecho seguir de otros enviados; hemos concedido a Jesús, hijo de María, signos manifiestos de sumisión y le hemos fortificado con el espíritu de la santidad.

Sura VII. Versículo 144: ¡Oh, Moisés! dijo el Señor, te he escogido con preferencia a todos los hombre para llevar mis mensajes y mi palabra.

Versículo 142: Hemos trazado para él, en tablas, mandamientos acerca de todas las materias y explicaciones detalladas de todas las cosas. Recíbelos con firmeza y manda a tu pueblo que los observe lo mejor que pueda.

O sea, me espetó mi amigo sueco de Estocolmo, que ¿el que según la Biblia dio a los hebreos una patria, una religión, una ley, y quien agrupó en un mismo pueblo en torno al culto a Jahvé, en la ley mosaica hacia 1250 a.C., como refleja el Pentateuco, cambió de orilla y se pasó al Corán en el 622 d.C.? Creo que Mahoma se pasó veinte pueblos. Por una cuestión de coherencia histórica y de solidaridad con la verdad, creo que nos conviene, le comenté, pasar del 622 de nuestra era al siglo XII, a Córdoba, donde Averroes en su Doctrina decisiva, su obra cumbre, ofrece una lectura aristotélica del Corán, enfrentándose a los problemas que suscita la relación con el otro, el extranjero, y también el de la desigualdad de la mujer.

Sura V. Versículo 56: ¡Oh, creyentes!, no toméis por amigos a los judíos y a los cristianos que son amigos unos de otros. El que los tome por amigos acabará por semejárseles, y Dios no será la guía de los perversos.

Para Averroes, ese árabe aristotélico de al-Andalus, es irrisorio reinventar lo que otros ya han inventado. Cualquiera, independientemente de su credo, lengua o etnia, debe utilizar el saber universal. Por ello expresa el deseo de mezclar los modelos clásicos, griegos y paganos, con los que rigen el mito de la nación articulada según la ley islámica.

Todo ello nos aleja ostensiblemente de los retrógrados identitarios de los países musulmanes de reciente actualidad.

En cuanto a la situación de la mujer. Sura IV. Versículo 38: Los hombres son superiores a las mujeres a causa de las cualidades por medio de las cuales Dios ha elevado a éstos por encima de aquellas. Las mujeres virtuosas son obedientes y sumisas. Las azotaréis pero tan pronto como os obedezcan no les busquéis camorra.

Averrores coincide con Platón en lo referente a la igualdad de naturaleza entre hombres y mujeres y se muestra partidario de la participación de la mujer en la producción para evitarle su dependencia económica. Nada que ver con la reclusión a que son sometidas tantas mujeres musulmanas en nuestro siglo XXI en numerosos territorios y por no decir en todos los países islámicos. El caso de las mujeres coptas cristianas en Egipto es lacerante al tener que afrontar el desprecio y la persecución de los musulmanes violentos. Y qué decir de la realidad de las mujeres violadas obligadas a casarse con sus violadores para salvar el honor de sus familiares que puede conducir al suicidio como acaba de suceder en Marruecos. Al parecer el violador se había inspirado en la lectura del Corán para tratar a su mujer; pues solo teme a Alá.

En Irán, la muerte por lapidación de una mujer violada, considerada sistemáticamente como adúltera si es casada, se corresponde con la interpretación de la ley sharia, según la cual la mujer incriminada, como fue el caso de Sakineh M. Ashtiani, condenada a la lapidación por adulterio, después de recibir 99 latigazos, quien para demostrar su inocencia necesitó, para nada, de cuatro testigos, todos hombres aceptados por el juez, para no ser ejecutada.

En Pakistán, me comentó mi amigo sueco de Estocolmo, cada dos horas una mujer es violada, pero no es este el problema único, afirmó, pues en nuestra época y en nuestros territorios, se da el hecho corriente que muchos de nuestros emigrantes musulmanes no consideran necesaria la adaptación a las costumbres de los países en los cuales residen y trabajan, sino que pretenden y a menudo consiguen, mantener exigencias de carácter religioso en países laicos, como pueden ser cementerios solo para ellos o mezquitas, por doquier, cuando en sus países la reciprocidad no existe.

Pues yo te digo, le increpé, que nosotros en Mallorca, ofrecemos una visión absolutamente discriminatoria de nuestro mundo supuestamente cristiano, como si fuéramos musulmanes fanatizados. Así en el aeropuerto de Palma, a la llegada con las maletas, ofrecemos como bienvenida a los turistas y visitantes en general, unas fotos gigantescas de mujeres maltratadas con la amenaza de que en caso de ponerles la mano encima se nos caerán los anillos. Ignoro si se trata de musulmanes infiltrados en la información sobre la violencia de género en nuestro país, o más bien creo que se trata pura y llanamente de estupidez consensuada, para ofrecer a los extranjeros que nos visitan una primicia de nuestro ascendente cultural medieval. Los musulmanes residentes en nuestra isla ya afirman que esta es la prueba que la ley sharia tiene vigencia universal, apta para todos, musulmanes, judíos y cristianos.

Al parecer la estupidez no tiene límites.

Vamos a tomar el café de siempre, en el lugar de siempre, me comentó mi amigo sueco de Estocolmo, evitando en lo posible enfadar a Averroes sobre nuestras intenciones en nuestro territorio. Otra cosa es que en otros territorios vivan todavía en otros tiempos.