El proyecto de Administración Única lo plantea Don Manuel Fraga cuando inició su etapa de actividad política en Galicia, que le sirvió para profundizar, aún más si cabe, en las perspectivas y posibilidades previstas para las comunidades autónomas en el título VIII de la Constitución.

De sus pensamientos salieron, como era habitual en él, libros, conferencias e intervenciones parlamentarias, tanto en Galicia como en el Senado, que tienen como eje fundamental los principios de autonomía y subsidiariedad; y es en base a éstos principios que Fraga manifiesta el convencimiento de que es necesario el perfeccionamiento del Estado de las Autonomías.

Dice Fraga: "Se trata de lograr que cada autonomía permita auto identificación de las realidades históricas, sociales y culturales, evitando la tentación del autoaislamiento y los vientos negativos de separatismo. Se intenta que, a cada nivel de gobierno y administración, cada uno pueda disponer de lo suyo, en un sistema de autogobierno democrático responsable. Se ha de completar ello con la solidaridad de todos, a través de los oportunos mecanismos de equilibrio territorial y política regional compensatoria. Finalmente, todos han de participar en la formación de la voluntad política, participando, como tales comunidades autónomas, en las grandes decisiones de carácter nacional y europeo".

Está claro que Fraga no apuesta por una visión nacionalista, y menos separatista, sino que abraza el diseño constitucional de una España autonomista o regionalista si se prefiere, y esto es, para mí, la concepción acertada del Estado de las autonomías ya que nos permite sentirnos, en nuestro caso, ciudadanos de Balears y españoles a la vez, sin que ello suponga complejo ni contradicción alguna.

Por otra parte Fraga nos advierte de que no hay que confundir patriotismo con "el centralismo, la rigidez, la burocratización y la tecnocracia". Para él el patriotismo consiste en ser capaz de conseguir una "perfecta unión ente los españoles, una mejor integración entre las unidades naturales e históricas que forman la Nación española".

Hoy más que nunca, la crisis económica así lo desvela, se hace necesario e inaplazable la reestructuración de las administraciones públicas para que se integren en un nuevo sistema de relación que evite ineficiencias, desconfianzas y duplicidades, ya que todo ello no sólo va en detrimento de las arcas públicas sino en la desconfianza y desorientación de los ciudadanos. Fraga afirma: "Creo que el ir a una integración administrativa más perfecta es inevitable; y por supuesto que para ello habrá que realizar un estudio profundo de lo que es propio de cada nivel (municipal, provincial, autonómico, central y europeo)".

Hoy la propuesta de Fraga se convierte en un auténtico clamor de los administrados cuando éstos tienen que relacionarse con la Administración. Pienso que Balears podría ser pionera en este modelo de Administración Única, delimitando claramente las competencias de cada nivel Administrativo, sin duplicidades ni solapamientos, facilitando al administrado una tramitación única en aquellos expedientes que conlleven la participación de más de una administración, "… por eso, la teoría de la Administración Única, que es un esfuerzo de racionalidad y simplificación, constituye una manifestación más de la necesidad de configurar una nueva Administración que cumpla la función que le es propia".

Así las cosas, pienso que Balears podría ser pionera en poner en marcha la "administración única". Si así lo hacemos, seguro que los ciudadanos no sólo sabrán valorar el esfuerzo de racionalización administrativa, sino que, y esto es lo más importante, recuperarán la confianza hacia las instituciones propias de nuestra comunidad al ver que los políticos se esfuerzan y trabajan para que los servicios públicos se prestan de manera eficaz, eficiente y optimizando al máximo los, ahora escasos, recursos públicos, con la finalidad permanente de la búsqueda del bien común evitando "el vuelva usted mañana" o "esto no es mi competencia". Tenemos la estructura: Govern, consells y ayuntamientos. Ahora sólo hace falta voluntad política y ponerse manos a la obra.