Divagando por los canales televisivos me topé no hace mucho con Primera Plana (versión Billy Wilder). En concreto, con el momento en que un impagable Walter Matthau intenta convertir al infeliz prófugo en bestia peligrosa mediante una fotografía amañada. El objetivo: pisarles la exclusiva a los periódicos de la competencia y, sobre todo, apuntarse un tanto gracias a una historia sensacionalista, aunque sea recurriendo a minucias como la manipulación de la verdad. Me acordé de la escena, y del viejo adagio periodístico que reza "No dejes que la realidad te arruine un buen titular", al leer el enfoque con que un prestigioso diario de ámbito nacional presentaba los resultados de una encuesta del CIS sobre el final de la actividad de ETA. Según el titular, en el País Vasco y en el resto de España las opiniones sobre la cuestión eran antagónicas. Así, sin más. Claro que si se tenía humor para echarse al coleto las quince preguntas y sus respuestas correspondientes, se veía que la cosa admitía bastantes matices. El caso trasciende la anécdota, primero porque algo me dice que no es un fenómeno aislado, y luego por lo delicado del asunto. Quizá en un momento como éste convendría dejarse en casa el disfraz de Walter Matthau y fijarse más en lo que puede ser objeto de entendimiento y no de confrontación... aunque venda menos.

Por otra parte, y de creer las noticias que llegan de China, pronto será preciso realizar un remake del clásico Bienvenido, Mr. Marshall cuyo título sea Bienvenido Mr. Hua Ou. Como saben, Hua Ou es el nombre del fondo soberano que el gobierno chino piensa crear para sacar el mayor provecho a sus reservas de divisas mediante inversiones en Europa, donde dejaría miles de millones de euros. De entrada el simple anuncio del proyecto se tradujo en una subida de las bolsas, y, según los expertos, en el futuro un aluvión de empresas y marcas pasarán del ámbito europeo al chino, ya sea en forma de acceso, control o propiedad. Tal vez entonces nos apresuremos a poner al día el aire de superioridad con que algunos miran al "chinito" de la tienda de la esquina; quizá a golpe de talonario desaparezcan los clichés condescendientes u hostiles, como en su día pasara con algunos árabes gracias los jeques de los petrodólares.

Por último, el otro día leí un reportaje sobre quien es la mujer del momento por delante de cualquier diosa de la moda o el cine: Angela Dorotea Merkel. Me sorprenden (aunque, en el fondo, no tanto) su inquebrantable fe protestante, que la influye a la hora de tomar decisiones políticas, su espíritu de resistencia, curtido en una niñez cristiana en la RDA, y su drástica intolerancia con los deslices morales. Dado este cóctel, deduzco que es imposible descabalgarla una vez tome el carril. Aunque también tiene extrañas debilidades; no hay más que comparar sus respingos las primeras veces que Sarkozy la saludaba con un par de besos y las sonrisas de quinceañera que exhibe hoy en igual situación. Una combinación letal.