Estamos torpes, lentos, aturdidos, de otro modo no se entiende que hayamos creado una comisión de expertos para decidir si conviene o no sacar los huesecillos de Franco del Valle de los Caídos y entregárselos a su familia como el que devuelve el rosario de la madre. Si por mí fuera, quitaría el monumento y dejaría el cadáver, porque lo que rompe el paisaje es la cruz mastodóntica de hormigón y sus servicios anejos. Da pena, cuando conduces por la zona, tropezar con ese pecado visual (y seguramente religioso) que parece salido de una mente estaliniana. Quiere decirse que observado con perspectiva histórica es más soviético que franquista, los extremos se tocan. Quizá cuando se desclasifiquen los documentos de la época descubramos que fue diseñado en secreto por algún arquitecto moscovita. Un modo de devolvernos el famoso "oro de Moscú".

Donde haya una buena empresa dedicada al desescombro, que se quite la comisión de expertos. En el caso del Valle de los Caídos, se está tratando con microcirugía un asunto más propio de excavadoras que escalpelos. Y no es que nos importe demasiado, la verdad, pero se pone uno a buscar temas ajenos a la crisis, tan explotada ya, y no encuentra tantos. Hay ahora mismo una ausencia temática escandalosa. Lo de José Blanco mola y lo de Undargarín también mola, pero hay mucha gente ocupándose del uno y del otro. Y el asunto de la sanidad pública en Cataluña da un poco de miedo, la verdad, porque es como una premonición de lo que nos espera aquí. Total, ¿qué queda?

Queda el Valle de los Caídos, y no por el Valle en sí, que está más sobado que la momia de Lenin, sino por lo de la comisión de expertos, que da un poco de risa, es un soplo de de humor entre tanta catástrofe. No sabemos en qué eran expertos, si en historia o en pompas fúnebres, pero ellos mismos debían de morirse de la risa en sus reuniones, que han necesitado no sé cuánto tiempo para llegar a la conclusión de que quizá convenga extraer al Caudillo del hormigón. Lo mejor es que luego han añadido que debería autorizarlo la Iglesia. O sea, que sí pero no. Una pregunta: ¿Estos señores ha cobrado por su informe como Undargarín, otro experto, cobraba por los suyos?