Todo transcurre de la forma preestablecida y premeditada, en un intento de hacer lo que realmente se desea y de paso, para mayor comodidad de la que aporta la mayoría absoluta, tener callada a una oposición que, por otro lado, no se muestra sobrada de fuerzas ni de entusiasmo. La elaboración de los presupuestos de la Comunitat para 2012 está presentada como un proceso de maduración de apariencia natural. Esto es lo único que podemos cultivar sobre el terreno yermo del que disponemos. Este es el mensaje, pero también está claro que el PP ha hecho –para esto gobierna– el balance y las previsiones que ha querido llevando la coyuntura a sus intereses y postulados. Ya hemos aprendido que las cuentas y los números en manos de Pep Ignaci Aguiló nunca rinden beneficios de entusiasmo ni alegría. En sus manos, el objetivo es que los balances no produzcan pérdidas de desencanto y necesidad. El propio vicepresidente económico se ha encargado de poner titular al presupuesto elaborado por el Govern para 2012. "Es duro y restrictivo" porque, antes que cualquier otra cosa, toca pagar intereses y deudas. Queda claro pues ya de entrada que no es buena época para inversiones y mucho menos subvenciones en una comunidad que arrastra una deuda acumulada de 4.561 millones y que el próximo año se verá forzada a destinar a "los bancos uno de cada 5 euros disponibles".

Con todo ello, el Govern también envía a los ciudadanos el mensaje de que garantizará la situación de bienestar. De hecho, lo ha dicho siempre, pero en los colegios ya faltan folios y profesores, en las residencias de ancianos pañales y en los hospitales médicos y menús para los padres de los niños ingresados. Son minucias en las que no se entretienen los grandes números pero con las que tropieza y muchas veces se estanca la vida cotidiana del ciudadano. Después de un 2011 con los presupuestos prorrogados, los de 2012 experimentan un crecimiento del 8,58% para situarse en la cifra de 3.675 millones.

Faltan muchas cosas por cuadrar, entre otros motivos porque no se conocen los Presupuestos Generales del Estado pero, contra viento y marea, el Ejecutivo Bauzá asegura que podrá destinar 3 de cada 5 euros a políticas sociales, lo cual significa, ni más ni menos, que no quedará otro remedio que apartar para Salud y Educación el 80% de las partidas destinadas a unas consellerias que, no lo olvidemos, han experimento una importante agrupación dentro del organigrama del Ejecutivo actual.

Se ha hecho una previsión de ingresos de 1.698 millones, lo cual no deja de ser un tanto aleatorio porque no se sabe el contenido de las aportaciones del Estado. La corrección sobre la marcha y las modificaciones de crédito parecen ser inevitables pues, pero no siempre en sentido negativo ni en la línea de resignación que nos han estado infundiendo hasta ahora. Al vicepresidente Aguiló no le ha quedado más remedio, al fin, que aportar algunos elementos positivos. Admite que las previsiones por recaudación tributarios son "francamente positivas". Lo hace aún incidiendo sobre su propia cautela y desconfiando de los cálculos de crecimiento de la economía española fijados en el 2,4%. Los presupuestos de Balears dejan la estimación en el 1,3 aunque, según el responsable de Economía, se quedará en el 1,1%.