"Yo no voy a reconciliarme con nadie". "Quienes han martirizado durante tantos años a la sociedad española con su violencia terrorista asumen su derrota". "No sé, me alegro, claro, pero han mentido tantas veces..." "La convivencia será lo primero". "Zorionak, Euskal Herria". "Ahora hay que ser prudentes". "Sólo sé que hemos ganado, que hemos ganado una partida tremenda frente a los buscadores de pureza racial". "A ETA no se le debe nada". "Desde que tenía veinte años he tenido escolta y no he podido hacer mi vida". "No, no opino nada, no voy a decir nada". "El cese definitivo de la actividad armada de ETA no supone el cierre del conflicto político". "Lo mataron por nada, para acabar reconociendo su derrota y que con las armas no podían conseguir absolutamente nada". "Esta sociedad necesita valentía". "Podrían haberse mojado un poco más". "Mis padres están incrédulos. Dicen que esto no puede ser tan sencillo". "Siempre defenderé que nadie está legitimado a imponer su verdad como si estuviera en posesión de la verdad absoluta". "Los jubilados jugando a las cartas entre los restos de una Casa del Pueblo que acababan de quemar fue durante mucho tiempo la estampa más conmovedora y más democrática". "Tampoco dejo de recordar los relatos de las torturas sufridas por amigos, los meses e incluso años de prisión en espera de juicio para al final quedar libres sin ningún cargo, tan parecido a lo que ocurrió con el único periódico en euskera, recuerdo las narraciones de las bañeras, las bombas lapa, la bolsa, los escoltas, la cal viva..." "Los concejales no nos hablamos entre nosotros. Yo doy ya por perdida la situación, no creo que vaya a cambiar ahora, aunque no haya violencia. Entiendo que las nuevas generaciones van a vivir en un entorno distinto, pero todo esto llevará tiempo"...

Alguien me dio la noticia a media tarde, y luego vi en el telediario las imágenes de la lectura del comunicado de ETA. Y por primera vez en más de treinta años advertí que los tres fantasmitas llevaban sendas boinas caladas sobre la capucha. Después, al ver fotos de otros comunicados, de otras arengas, de justificaciones imposibles y falsas promesas de tregua, he comprobado que la boina no era una innovación. Pero como ahora ya conocía el contenido de sus palabras, era la primera vez que reparaba en la peculiar puesta en escena. Sin pistola, el pistolero impresiona bastante menos.

Hasta el momento lo de dejar las pistolas sólo es una frase. Y lo del conflicto político abierto me suena raro cuando unos pueden ir a ver a sus seres queridos a la cárcel y, en cambio, a los suyos otros han de ir a ponerles flores al cementerio. La alegría no ha sido desbordante, y el alivio se mezcla con la preocupación y la duda. En el mejor de los casos acabamos de poner el pie en un camino que no se pisa desde hace mucho, lleno de zarzas por la falta de uso. Ojalá tengamos valor y fuerza para recorrerlo. Dentro de diez años se verá cuántas de las frases del primer párrafo han pasado a ser simple material de archivo.