España necesita un gobierno solvente, creíble, austero, que diga la verdad, capaz de devolver la esperanza a los españoles. España no necesita de puestas en escena de fin de semana, en que los protagonistas son los que han provocado la mayor crisis económica, social e institucional jamás vivida en democracia y que se erigen ahora como auténticos adalides para resolver los problemas que ellos, los del Partido Socialista, capitaneados por el señor Zapatero y Rubalcaba han generado.

Hoy nadie pone en duda que nos hallamos en un momento histórico en el que se tendrá que hacer frente al gran desafío de recuperar la credibilidad de nuestra nación y poner las bases para que España encuentre la senda del crecimiento económico y de la generación de empleo, porque con más de cinco millones de españoles que quieren trabajar y no pueden, con casi la mitad de los jóvenes sin expectativa de iniciar su vida laboral y cerca de 400.000 empresas desaparecidas, es imposible salir del agujero negro en que nos ha instalado la política errática del actual gobierno.

Es verdad que hay una crisis mundial, pero no deja de ser verdad que la acción del gobierno socialista ha sido la principal fuente de inestabilidad, que ha afectado de forma grave a nuestra economía, y foco de los desequilibrios presupuestarios que ha llevado a recortes improvisados, a cambios constantes de criterio, a ocurrencias diarias, etc., no se tenía ningún plan que aplicar a corto y medio plazo porque, precisamente, negaron la crisis hasta que ésta se les cayó encima.

Pero como dijo Mariano Rajoy: "…eso ya es historia y de nada sirve lamentarse, eso solo conduce a la nostalgia estéril y a la frustración", y continúa diciendo: "…si hay algo que debemos agradecer a este gobierno, al gobierno socialista, es que todos sabemos exactamente lo que no hay que hacer a la hora de gobernar un país". El mensaje es claro. Ahora toca mirar hacia el futuro, cargados de ilusión y esperanza, por muy difícil que sea la tarea que debamos afrontar, una vez ganadas las elecciones. Lo importante es tener conciencia de que la tarea no será fácil. Habrá que trabajar mucho y bien. Habrá que sacrificarse y esforzarse como nunca, sabiendo que no existen bolas de cristal para acudir a ellas en busca de solución inmediata. Debemos ser prudentes a la hora de hacer nuestras propuestas, debemos decir la verdad a los ciudadanos y exhortarles de que es posible salir de la actual situación, pero que ello exigirá renuncias y sacrificios.

Ya lo hicimos en el 96, cuando demostramos que éramos capaces de recuperar España e introducirla en el vagón del crecimiento económico y la generación de empleo, y lo hicimos porque somos un partido que cree en las personas, que cree en los trabajadores, que cree en los autónomos, que cree en la pequeña y mediana empresa, en definitiva, que cree en las potencialidades que tiene España y sabemos que cuando nos ponemos a trabajar todos juntos para conseguir un objetivo común, somos imbatibles.

Para ello hará falta un gobierno que lidere ese gran objetivo de recuperación económica, social y política de España, capaz de anticiparse a los acontecimientos, que tenga un programa global, realista, ejecutable y verificable. Un gobierno formado por personas preparadas, con experiencia, fiables y solventes para poner en marcha todas las reformas estructurales que necesita nuestra economía y así reactivar el crecimiento económico y la generación de empleo. España necesita un gobierno que gestiones con trasparencia y rigor los recursos públicos, como única forma de garantizar la sociedad del bienestar, un gobierno que no gaste lo que no tiene y que racionalice el sector público para que la Administración deje de ser un escollo al desarrollo e iniciativa privada y se convierta en agente dinamizador. Habrá que hacerlo con diálogo y con firmeza, con responsabilidad y con autoridad.

El 20 de noviembre se ha convertido en la fecha clave para que los españoles despierten de este mal sueño que han supuesto los ocho años de gobierno socialista y abran los ojos a la esperanza de que es posible hacer las cosas bien, de que es posible caminar juntos, de que es posible el diálogo y el acuerdo, de que es posible la concordia y de que es posible tener un gobierno de todos y para todos con independencia de lo que cada uno vaya a votar.

Hoy lo que España necesita es un gobierno del Partido Popular porque ya demostramos en el 96, cuando la tasa de paro era del 21% y no cumplíamos ninguna de las exigencias del tratado de Maastricht, que fuimos capaces de reducir la tasa de paro hasta el 11%, de cumplir todas las exigencias del tratado de Maastricht, de ser el país de la Unión Europea que más puestos de trabajo creaba al año, de liderar el crecimiento económico en el seno de la Unión. Todo ello lo hicimos sin incrementar la presión fiscal, con unos presupuestos equilibrados y autoimponiéndonos, vía presupuesto, un techo de gasto y porque tenemos claro que el principal objetivo es crecer y crear empleo, pues sin crecimiento y sin creación de empleo no se genera riqueza y, por tanto, no se genera actividad económica y, por tanto, no se genera consumo, y por tanto, no se generan ingresos para las arcas públicas para hacer frente al mantenimiento del Estado del Bienestar. Yo lo tengo claro, ¿y tú?