Hoy le toca el turno a los servicios sociales, que desde que gobierna el partido socialista han sufrido el mayor tijeretazo de la historia en las políticas destinadas a los más desfavorecidos. Intentaré demostrar la mentira constante que pronuncia el PSOE cuando afirma que ellos son el partido de los servicios sociales y el Partido Popular el de los recortes.

Veamos. En el discurso de investidura el señor Zapatero, año 2008, dijo: "…mi idea de España es la de un país que supera unido las dificultades, una sociedad que no abandona a nadie en el infortunio. No, señorías, no habrá recortes en derechos sociales, al contrario, seguiremos ampliando derechos y políticas sociales…". Primera mentira. En el 2009, concretamente el 17 de mayo, el presidente afirmaba: "…no habrá recortes de los derechos de los trabajadores, ni despido más fácil, ni recortes sociales, digan lo que digan ni lo pida quien lo pida…". Segunda mentira. En el mes de mayo, concretamente día 25, el señor Zapatero dijo: "…se multiplicarán las voces de aquellos que quieren contratos con menor derechos, facilitar el despido y de quienes desean recortes de gasto social…" y añadía el 21 de febrero de 2010: "…conmigo de Presidente jamás habrá recortes sociales…". Tercera gran mentira.

Pues bien, el señor Zapatero y su cómplice, ahora llamado "señor Rubalcaba", han dejado el gasto social, descontando las prestaciones por desempleo, en un 48,4% cuando en la época del Partido Popular, año 1999, llegó a ocupar el 52,10%. Con el señor Zapatero y el señor Rubalcaba el coste por desempleo ha pasado de costarnos 10.206 millones de euros en 2003 a 30.612 millones de euros en 2011; todo un récord que ha provocado un vacio de las arcas públicas poniendo en riesgo las reservas de futuro.

Siguiendo con los recortes, apuntar que con el Gobierno socialista se han congelado las pensiones, a excepción de las mínimas y las no contributivas, con el objetivo de reducir el déficit en 1.500 millones de euros. Lo han hecho sin tener en cuenta el Pacto de Toledo y la Ley. Recuérdese que el Partido Popular estableció, cuando gobernaba España, la revalorización de las pensiones conforme al IPC. El Gobierno socialista ha obligado a los españoles a prolongar su vida laboral más allá de los 65 años, concretamente a los 67, lo cual supone un recorte sin precedentes en su derecho de pensión de aproximadamente un 20%. También por primera vez en democracia se ha bajado el sueldo a los funcionarios, consolidando esta rebaja con la congelación del salario; han eliminado la deducción de los 400 euros del IRPF para familias; el presupuesto de dependencia se ha reducido en un 10% en el último año; también han reducido un 42% las prestaciones por hijo a cargo, para menores de tres años; se ha eliminado el "cheque bebé" y se ha aplazado la ampliación del permiso de paternidad, que tenía que entrar en vigor en enero de 2011.

Por si lo dicho hasta ahora fuera poco, al Gobierno socialista no le ha temblado el pulso en aplicar un recorte del 80%, en los dos últimos años, para el plan de acción para discapacidad y el fondo de integración de inmigrantes ha quedado dotado con 61,50 millones de euros, lo cual supone 40 millones de euros menos que el 2010.

Sobran las palabras, sobran los comentarios, la realidad es la que es, y como decía mi profesor de matemáticas "las cifras no se discuten, se contrastan". Como diría Esopo, el problema de Zapatero es que "ha querido agradar a todos y al final no ha agradado a nadie".

Contrastemos ahora la política social del PSOE, anteriormente descrita, con la que hizo el Partido Popular cuando gobernó España (1996-2004). Con el Partido Popular el gasto social, descontando las prestaciones por desempleo, siempre se mantuvo más o menos estable, esto es, entre el 51 y el 52% mientras que con el PSOE, año 2011, ha bajado al 48,30%. Las pensiones mínimas de jubilación, con el Partido Popular, se incrementaron más de un 28% desde 1996 y las pensiones de viudedad aumentaron un 79%, beneficiando a 2,1 millones de perceptores, se incrementó el porcentaje de cálculo de las pensiones de viudedad que pasó del 48% al 52%. También fue el Partido Popular que estableció la paga mensual de 100 euros para las mujeres que trabajaban fuera de casa con hijos menores de tres años. Se estableció en el IRPF la reducción por mínimo personal que se fijó en 3.400 euros y por mínimo familiar que aumentó en función del número de hijos. En fin, como se ve, con el Partido Popular no hubo recortes sociales, sino mejoras sociales; si bien para el Partido Popular no hay mejor política social que aquella política generadora de empleo, porque esta es la que incrementa las aportaciones a la Seguridad Social, es la que genera riqueza, es la que ahorra en subsidios por desempleo y es la que permite atender de forma efectiva las carencias de los más necesitados.

Mariano Rajoy lo ha dejado claro. Nuestras propuestas irán encaminadas a restituir las prestaciones por hijo a cargo, a recuperar las once iniciativas presentadas para desactivar la congelación de las pensiones, respetando las recomendaciones del Pacto de Toledo a la vez que se creará una pensión no contributiva de orfandad.

Termino con lo dicho en anteriores artículos. El 20-N estamos llamados a cambiar el rumbo de la política social desarrollada por el Partido Socialista y recuperar la senda de la consolidación, de los avances sociales puestos en marcha por el Partido Popular cuando gobernó. Como diría Eurípides: "no hay que irritarse contra las cosas, pues a ellas les tiene sin cuidado", pero sí tenemos derecho a irritarnos contra las políticas sociales llevadas a cabo por el Partido Socialista y solo hay una forma de hacerlo y es elegir entre el pasado oscuro, representado por el señor Rubalcaba, o el futuro esperanzador representado por Rajoy. Yo lo tengo claro. ¿Y tú?