La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria ha sido clara y contundente a la hora de valorar el real decreto-ley 9/2011, de 19 de agosto, de medidas para la mejora de la calidad y cohesión del sistema nacional de salud que pretende la mejora de la gestión del gasto farmacéutico con el objetivo de velar por la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud en un momento en que ésta está siendo cuestionada en múltiples foros y espacios de debate. A pesar de que la administración pública contemple un ahorro de 2.400 millones de euros al año en medicamentos con la implantación de la prescripción por principio activo en todo el territorio español, según datos del Gobierno, SEMERGEN considera que la sostenibilidad del sistema es un tema mucho más amplio y complejo que el simple ahorro en un solo aspecto. En este sentido se manifestó su presidente nacional, el doctor Julio Zarco, señalando que existen en el sistema "bolsas de ineficiencia" que provocan grandes agujeros económicos que, de ser corregidas, producirían un mayor ahorro para su conjunto global. Es más, considera que una medida de tanta importancia como es esta no se debería de haber tomado de forma unilateral, sin haber consultado con los que realmente prescribimos, los médicos, responsables de dar respuesta a las necesidades técnicas y sociales de la profesión con responsabilidad y libertad en base a los principios fundamentales del profesionalismo médico y, por tanto, perfectamente conscientes de nuestro deber a la hora de tomar decisiones con total conciencia y control del gasto sanitario.

Puesto que es la AP el primer nivel asistencial del sistema de salud, será determinante su gestión en lo que a la sostenibilidad del sistema se refiere. De ahí que SEMERGEN haya presentado recientemente el "Análisis sobre la situación de los médicos de familia en España", del cual pueden extraerse interesantes propuestas, algunas de las cuales serán señaladas a continuación.

En principio, indicar que sería importante apostar por una profesionalización de la gestión en base a méritos profesionales y de capacidad de acción, al margen de los cambios políticos que cada cierto tiempo se van sucediendo, puesto que la gestión sanitaria debería ser planificada a medio y largo plazo. Por otra parte, los cambios sociales y tecnológicos acaecidos en los últimos años obligan a un nuevo reparto de funciones entre los profesionales sanitarios, así como la asignación de nuevos roles a otros estamentos no sanitarios que integran el personal de los centros de salud. La corresponsabilidad del paciente es fundamental ya que éste no sólo debe asumir un estilo de vida más saludable, sino que también debe hacer un uso correcto de los recursos sanitarios. Otro aspecto determinante sería proceder a un redimensionamiento de las plantillas de médicos para una mejor redistribución de cupos en función de sobrecargas asistenciales, mayor frecuentación por población envejecida, proximidad o lejanía al centro de salud… adaptándolas a las verdaderas necesidades asistenciales de cada zona; no sólo debemos avanzar incrementando los recursos humanos, sino también haciendo una mejor distribución de los mismos en función de las necesidades asistenciales reales. Además, una gestión conjunta e integrada primaria-hospitalaria mejoraría aspectos tales como la accesibilidad, la calidad asistencial, la disminución de la burocracia, posibilitando también una mayor dotación de recursos y, de forma genérica, mejorando la eficiencia del sistema, modelo que, asimismo, debería hacer posible una mayor implicación del médico, no sólo en la toma de decisiones, sino también en todos aquellos aspectos referidos a la gestión integral de los centros de salud. El uso generalizado de las nuevas tecnologías de la comunicación e información en todo el territorio español es una necesidad urgente puesto que, en la era de la información globalizada, el acceso sin limitaciones a internet por todos los profesionales de AP no sólo es necesario, sino imprescindible. Por consiguiente, fundamental resultaría posibilitar el acceso sin restricciones a pruebas diagnósticas por los médicos del primer nivel asistencial, la unificación de la tarjeta sanitaria en todo el territorio nacional, además de una plena integración de las comunicaciones electrónicas entre ciudadanos y el sistema sanitario.

En definitiva, dicho análisis es un simple estudio, cuyas propuestas de mejora podrán ser más o menos acertadas, e incluso, más o menos populares. Ahora bien, al margen de cómo pueda afectar la prescripción por principio activo a la industria farmacéutica en nuestro país, pues no podemos obviar que los laboratorios de marca son el sector que más invierte en I+D y en educación médica continuada, por ejemplo, la cuestión está en si esta norma será suficiente o, si por el contrario, resultará ser un remiendo más para no afrontar las medidas que verdaderamente deberían ser adoptadas.

En este sentido, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria tiene clara su apuesta por la AP como eje de la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, no sólo para mejorar la salud general, sino también para reducir el uso innecesario de prestaciones de especialistas y hospitalarias. De este modo, su potenciación es determinante, al igual que la implicación de sus profesionales en la toma de decisiones a la hora de defender la el sistema. Por todo ello, será importante tener en cuenta las conclusiones que se extraigan de la "Primera conferencia sobre AP" que, organizada por el Foro de Médicos de Atención Primaria y el ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, está previsto que se celebre el próximo mes de octubre.