Las mujeres, la mitad de la población, sufren más reveses en su trayectoria vital que los hombres; y no precisamente por las diferencias biológicas con ellos, sino fundamentalmente por el papel que estos les han asignado en una sociedad machista y androcéntrica. Antaño las mujeres se enfrentaban mayoritariamente a los riesgos derivados de su papel principal en la economía reproductiva: parir y trabajar "domésticamente"; a ello se le ha sumado ahora la exposición a los riesgos como trabajadoras productivas.

La mortalidad materna es un indicador que se utiliza para calificar el grado de desarrollo de los países. Indica el número de mujeres que mueren por causas atribuibles al embarazo y al parto, causas que en su mayoría son prevenibles y evitables, y por tanto injustas cuando aparecen. Su aumento desmesurado produce, entre otros efectos, una disminución de la natalidad con el consiguiente impacto negativo en el crecimiento económico de los países más afectados. Cada año mueren en el mundo más de quinientas mil mujeres por esta causa, la inmensa mayoría en los países en desarrollo donde la mortalidad materna es hasta quinientas veces superior a la de los países ricos.

Paradójicamente este problema no afecta solo a los países más desfavorecidos. En los EEUU la mortalidad materna está aumentando paulatinamente desde hace dos décadas, siendo actualmente diez veces superior a la de España. En aquel país, paradigma de la libertad y de la igualdad de oportunidades, son las mujeres negras y de procedencia latina las que están más afectadas por este problema, mujeres cuyo riesgo biológico de parir es similar al del resto. Simplemente mueren más que las "blancas acomodadas" por las barreras que la sociedad les impone para acceder a la educación para la salud, a la prevención y a los cuidados sanitarios, que, de tenerlos, mejorarían su salud y su esperanza de vida. Mueren más…, simplemente por ser mujeres y pobres. También en nuestro país, desde la incorporación de la mayoría de las mujeres a la economía productiva, la mortalidad materna está aumentando, siendo una de las razones la "planificación" de la maternidad a edades más tardías.

A veces el tener más se convierte en menos, en términos de salud. El excesivo intervencionismo médico que se practica sobre la población más favorecida social y económicamente, pero inerme ante la información sesgada e interesada que recibe, se convierte en un riesgo más que en un beneficio. Un ejemplo de ello son las cesáreas. La mortalidad por este tipo de parto, aunque pequeña, es superior a la de un parto por vía vaginal, y el riesgo de complicaciones para la madre es mayor. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera como un indicador de calidad obstétrica que no se practiquen más del 20% de cesáreas de todos los partos.

La realidad en nuestro medio es bien distinta puesto que ese porcentaje recomendado no para de aumentar. Eso sí, con notables diferencias entre el sector público y el privado. En los hospitales privados de nuestra comunidad se realizan una media del 35% de cesáreas de los partos que atienden, con un rango que va desde el hospital que menos hace con un 26%, hasta el que más realiza con un ¡50%! De quince a treinta puntos más de lo recomendado por la OMS.

En los hospitales públicos de Balears la media de cesáreas que se practican está en torno al 23%, también superior a lo recomendado por la OMS, pero con un rango que va del catorce al 31%.

Quiere decir esto que tenemos, según los criterios de la OMS, hospitales con una atención obstétrica excelente frente a otros cuya calidad está por los suelos.

¿Y qué dicen las autoridades sanitarias al respecto? Exhiben que la participación activa de la mujer en la decisión sobre el tipo de parto está regulada en nuestra comunidad como un derecho contemplado en la Ley de Salud del 2003. Pero por lo que se ve ese derecho está más en el papel que en los paritorios, terreno históricamente dominado de forma exclusiva por los tocólogos.

Mientras el empoderamiento de las mujeres sea una asignatura pendiente, el riesgo de parir trascenderá lo puramente biológico.