La decisión resulta contundente pero no tiene todos los condicionantes para poder considerarse definitiva, por tanto, aparte de su carácter sorprendente, ahora mismo, todavía en caliente, presenta consecuencias imprevisibles porque ha elevado hasta la máxima potencia el grado de malestar y hasta de rebelión que se puede tolerar en un partido político. Y mucho más si este es el PP, formación que hasta ahora, por lo menos de cara a la galería, se había caracterizado por su orden jerárquico y por la disciplina, tanto interna como externa. Pero esta tónica y estos comportamientos parecen haberse acabado por lo menos para una larga temporada.

Se habían hecho muchas cábalas y jugado demasiadas bazas para determinar el candidato del PP al Consell de Mallorca. Antoni Pastor y Joan Rotger se postulaban para ello en términos muy diferentes, por lo que se presumía que la decisión última sería difícil y dejaría secuelas. Pero no hasta el extremo en que lo ha hecho de entrada, porque la solución adoptada no resuelve el problema de raíz y no figuraba, ni por efecto remoto, en ninguna de las quinielas.

José Ramon Bauzá se presentó anoche en la junta directiva del PP de Mallorca con una decisión de visos salomónicos que dejó boquiabierto a más de uno. Impuso el nombre de María Salom como candidata a la presidencia del Consell. La sorpresa fue mayúscula y las reacciones instantáneas. Sin exagerar, se produjo una especie de rebelión a bordo que se fraguó en las protestas airadas de pesos pesados del partido como Pastor, Flaquer y el sector de Sa Pobla afín a un Jaume Font que no necesitaba nuevas mechas como la de anoche para encender, todavía más, su indignación. Los despechados acabaron abandonando la reunión.

El hecho es que María Salom ya es la persona que aspira a presidir el Consell en nombre del PP. Bauzá se lo ha jugado todo a una carta. Es pronto para decir si la inesperada medida tendrá el mismo efecto de la decisión de no incluir imputados en las candidaturas o si deberá ser corregida del mismo modo que lo ha sido el intento de proponer la reforma de la Ley de Normalización Lingüística. Resultará determinante para ello saber el peso que ha tenido Madrid en la decisión de la candidata y el papel que han jugado sectores locales del partido, influyentes pero discreto. También el comportamiento último de quienes todavía no pueden salir del shock producido por la decisión de anoche. María Salom es diputada en el Congreso, pero en los últimos tiempos ha estado alejada de la escena política de las islas. Su candidatura fue la primera superada por el PSOE al PP en unas elecciones generales en Balears. El aparato del partido se esforzará en cimentarla como candidata sólida bajo las arenas movedizas de una fuerte contestación interna que ya ha percibido el electorado.