Los "niños de la calle", el doloroso escándalo de nuestro tiempo. Una infancia robada para siempre a millones de seres humanos. Niños que viven y mueren en la calle a causa de la pobreza, el abandono y la desestructuración familiar provocada por el abuso psicológico, sexual o el alcoholismo.

La calle se ha convertido en su hogar. Víctimas del abandono, de la ignorancia, de la soledad, esconden su rostro en ese mundo el" de la calle" donde se refugian ateridos de frío y de dolor. Duermen en los parques, en las plazas, sobre cartones o en las ramas de los árboles para impedir que los agredan o los ultrajen. Viven del robo, de la mendicidad y de lo que logran arrebatar a los perros en lo basurales.

Niños perdidos, hambrientos, príncipes del silencio, huérfanos de la alegría, muertos que caminan entre la encrucijada del hospital, la comisaría y el cementerio, seres que deambulan como sombras arriesgando su vida y su integridad.

Sin zapatos, desnutridos, con la ropa sucia y la mirada perdida. Acorralados, expulsados por la sociedad y abandonados. No conocen un aula de clase pero si la escuela del crimen. Su único recurso, un bote de pegamento cuyo efecto anestésico produce cambios en la conciencia y les permite evadirse del hambre y del frío. Carecen de vínculos afectivos y viven intentando crearlos en la calle. que es lo único que tienen.

Un mundo cruel donde les espera la soledad, la dura ley de la supervivencia, el hambre, la cola inhalada y la cárcel, en la que prisiones malsanas acaban por completar la "educación" del niño negado.

Para 860 millones de niños en el mundo, el futuro es una incógnita y el presente una pesadilla que se incrusta en la conciencia de los adultos. Son la víctimas más indefensas de la globalización. La pobreza urbana, con sus efectos destructores sobre la familia, el rápido crecimiento vegetativo de la población y la intensa migración rural-urbana de las últimas décadas, son factores condicionantes.

En Bolivia más de 60.000 niños viven en la calle. Sobreviven en ella desde muy pequeños. Son los hijos de la violencia, de la industrialización salvaje, de las favelas, de las guerras, de la desintegración de los vínculos sociales y familiares, de los consumidores de droga y de sexo. Viven en la sombra y su propio país no sabe si existen. De aquí parte una cadena de marginación y explotación que condena a miles de niños, forzados por la pobreza y la miseria, a vivir el rol de los adultos. A ellos les ha sido negada la esperanza de llegar a ser "ciudadanos" con derechos.

Vivir en la calle es solo el final de un proceso perverso que se inicia en la crisis socio-política que vive América Latina.

La Fundación Amazonia dirige sus proyectos prioritarios de Cooperación Internacional a esta población marginada en Sucre (Bolivia).

Su proyecto "De la calle a la vida", desarrollado en redes, integra:

-Identificación de "niños y adolescentes de la calle".

-Hogares de acogida: Hogar Mallorca: 80 niños/adolescentes. Hogar Miski-Wasi: 25 niñas/adolescentes.

-Integran: techo, alimentación, vestido, escolarización en escuelas públicas, apoyo escolar y psicológico, educación en valores, iniciación en tecnologías, desarrollo de la creatividad (música, teatro, pintura, manualidades..), actividades deportivas (escuela de fútbol) y reinserción familiar.

-Formación profesional (talleres de aprendizaje: panadería-escuela, repujado, confección industrial, hostelería…).

-Comedor popular: 120 adolescentes trabajadores de la calle (limpiabotas, vendedores de periódicos, limpiacoches…).

-Microcéditos.

¡Ayúdanos a ayudar!

Gala Solidaria.

23 de octubre en Son Amar.

Entradas: Fundación Amazonia.

C/ Joan Miró, 101. Tel.: 971 280 398

info@fundacionamazonia.org

(*) Pediatra y presidenta de la Fundación Amazonia