Si repaso el año 2009 y pienso en algo de lo que los españoles puedan estar orgullosos, recuerdo entonces la multitudinaria manifestación en favor de la vida del 17 de octubre de 2009. Mi alegría fue grande al ver que se le dio una cobertura adecuada a la noticia en el telediario alemán "Tagesschau", el más visto de todos los programas de noticias.

Conozco a una joven comadrona, Maria Grundberger, que se dedica a disuadir del aborto a las mujeres en situación de conflicto en las calles de Munich. Trabaja para el "Lebenszentrum" (centro de la vida), muy cercano a una de las mayores "clínicas" abortistas de esa ciudad. Se planta en la entrada con la foto de un embrión y, si lo consigue, les dice a las madres que se acercan a la clínica de un modo afectuoso y positivo: "el corazón de tu hijo ya está latiendo". Este comentario puede llegar a desenlazar una conversación que quizás consigue sacar a esa mujer de la desesperación. De este modo Maria y sus compañeras del centro de la vida ya han salvado a más de 300 niños. Un intento, por la via judicial, por parte del médico de esa clínica de parar el "asesoramiento en la acera", fracasó.

Respecto a la nueva ley que facilita el aborto a partir de los 16 años me comentó María Grundberger que su impresión está dividida. Por una parte ve una cierta crisis en la política española que impone su agenda ideológica y es enemiga de la vida sin miedo a ningún tipo de pérdidas: "Desgraciadamente, el Gobierno del presidente Zapatero no conoce medida y sigue la escala de valores de una política extremista. Esto me llena de tristeza. Espero que ningún país europeo ni latinoamericano siga este ejemplo tan funesto". Por otro lado, ve a los cientos de miles de personas que han salido a la calle en Madrid y otras ciudades a manifestarse por el derecho a la vida y eso la consuela.

Una manifestación como esta no hubiera tenido lugar en Alemania. Esto tiene que ver también con que aquí no existe una cultura de la manifestación tan marcada como en España. Maria Grundberger afirma: "No conozco en Alemania a ningún político que defienda posturas tan radicales sobre el aborto y otros temas como el presidente español. Pienso que, en general, el debate político en Alemania se rige de una manera menos dura que en España".

Para Maria Grundberger una de la mayores motivaciones para su "asesoramiento callejero" es, naturalmente, captar más adelante la sonrisa de un niño que ella, en la acera, ha logrado salvar del aborto. Para ella es muy emocionante experimentar que una persona que estaba condenada a la muerte sigua viva. Y añade: "Tengo la convicción de que en la acera, delante de la clínica abortiva, estoy precisamente en el mejor momento y en el mejor lugar en el que Dios quiere que esté. No lamento ni un solo segundo de los que he estado ahí pero sí lamento, de vez en cuando, las horas en las que no he estado. Mi motivación más profunda es mi amor a los niños no nacidos". Pienso que Maria nos da un buen ejemplo.