El profesor se levanta, va hacia la pizarra y escribe, cuidando la letra: "La verdadera espiritualidad es incompatible con la creencia". Luego se sacude las manos, vuelve a sentarse y se queda quieto, con la mirada perdida. Así un buen rato. Los alumnos se miran, luego empiezan a comentar entre ellos, hasta que se forma un bullicio. El profesor sale de su indolencia y manda callar. La secuencia se repite varias veces, hasta que alguien levanta la mano. Se supone que tiene la respuesta al enigma. Empieza a explicarla, hasta que el profesor mueve la cabeza de lado a lado, sin mirarle siquiera, y el alumno se calla. Esta escena también se repite varias veces. Luego se hace un silencio, largo, ominoso, que por alguna razón los alumnos no rompen. Cuando el silencio, de tan largo, parece eterno, el profesor mueve otra vez la cabeza, pero ahora de arriba abajo, asintiendo. Se levanta y se va.