Sun Tzu, en el Arte de la guerra -un extraordinario compendio de estrategia cuya vigencia no ha oscurecido el paso de los siglos-, ante una situación bélica muy comprometida aconsejaba crear un foco alternativo de conflicto para distraer la atención y dividir las fuerzas del enemigo.

La receta vale igual para la política. Ignoro si Rodríguez Zapatero ha leído al polemarco chino, pero a la vista de cómo ha planteado y resuelto el 37 Congreso del PSOE, tiendo a creer que ha hecho suya la mencionada estrategia. Lo digo porque Zapatero entró en el Congreso cargando con el sambenito de que el Gobierno que preside estaba desorientado, sin saber qué hacer frente a la crisis económica, a la baja en las encuestas y con la etiqueta de que se había "derechizado" (firma en Bruselas de la Directiva Europea sobre Inmigración). Un registro que contrastaba con el "giro al centro" que Rajoy había impuesto al PP.

¿Qué hacer en esas circunstancias? Pues, lo que hemos visto, seguir el consejo de Sun Tzu: crear un foco alternativo de conflicto para desviar la atención del personal. En lugar de recetas para contener la inflación, detener la caída del empleo o aliviar la presión de los bancos sobre los millones de ciudadanos acogotados por la subida de las hipotecas, ¿qué es lo que ZP ofrece al personal? Pues modificar la ley de plazos que regula los supuestos de aborto; suprimir los crucifijos de los actos institucionales y avanzar hacia la eutanasia a la carta. Medidas todas ellas propias del programa de un partido radical al estilo Marco Pannella.

Cuando los grandes de la España del dinero: constructoras y bancos -máximos históricos en beneficios en plena crisis de la construcción y de las hipotecas-, escuchan o leen que ZP ha dado un "giro a la izquierda" seguramente tienen que hacer esfuerzos para que la sonrisa no derive en carcajada. Un impuesto especial sobre beneficios -destinado a crear un fondo con el que paliar los efectos de la crisis-, esa sí que sería un medida de izquierdas; que quiten el crucifijo de los actos públicos o que las abortistas sigan ganando plazos, les trae sin cuidado. Ellos están a lo suyo. Por eso se llevan tan bien con ZP, porque distrae al personal con sus cortinas de humo.