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Atletismo

Bustos: "La final me ha servido para demostrar que puedo estar ahí"

El mallorquín celebró ayer su cumpleaños en Eivissa con su técnico y su diploma olímpico en el 1.500

Bustos, en Santander con las mascotas de Río. instagram/bustos1500

David Bustos celebró ayer su cumpleaños en Eivissa, junto a su entrenador Toni Roig y con un diploma olímpico, tras ser séptimo en el 1.500 de los Juegos de Río, que permiten al atleta mallorquín ganar en confianza y "demostrar que puedo estar ahí, con los mejores".

David Bustos atiende al teléfono aún en Santander, antes de iniciar viaje con destino a Eivissa. Ayer debía reunirse con Toni Roig, su técnico, para definir la vuelta al trabajo y programar los entrenamientos con vistas a la próxima campaña. "Está muy contento, aunque también me regañó. Me dijo que me lo tenía que haber creído más", comenta Bustos que le dijo su entrenador tras la final. "Pero la actuación ha sido satisfactoria, estamos muy contentos", afirma.

"¿Vacaciones? Casi que no las he empezado aún. He venido a Santander para estar con mi mujer y la familia y en esta semana casi no he parado... Casi ni he ido a la playa", explica el atleta mallorquín, que llegó el pasado martes a España tras finalizar los Juegos celebrados en Brasil.

"Tenía ganas de descansar", admite Bustos, que reconoce que la "temporada se ha hecho larga". "Estaba enfocada al Europeo y a los Juegos. Podía seguir compitiendo, porque aún quedan un par de meetings [reuniones de atletismo], pero se ha hecho demasiado larga", añade.

"Este año ha salido bastante bien", indica, de forma breve, en resumen de la temporada, en la que ha ganado una medalla de plata continental y ha sido séptimos en las Olimpiadas pese a no acercarse a su mejor crono. "El objetivo no era tampoco hacer marca, eso era secundario. Lo más importante era estar bien en el Europeo y los Juegos y se ha cumplido con creces", destaca Bustos, quien admite que su actuación en Brasil "era un poco una incógnita, no sabía cómo iba a llegar de forma".

"Programamos unas semanas flojitas tras los Europeos y luego la preparación iba encaminada a cargar otra vez con vistas a Río. La verdad es que hemos aguantado perfectamente, hemos alcanzado casi el mismo estado de forma en los Juegos", asevera.

"Me sorprendió, estuve bien"

"Me sorprendió, aunque sabía que estaba muy fuerte y muy rápido. Estuve muy bien", sentencia el mejor mediofondista español de la temporada.

Quizás por esa razón, al verse en buena forma, la caída en semifinales que le dejó inicialmente fuera de la final fue un golpe. "Me veía con fuerza... Iba encerrado y estaba a punto de empezar, de encarar la recta e ir al máximo, pero me tocaron por detrás, se me fue la pierna hacia adentro y me desequilibré. Me tocó cuando iba a cambiar", recuerda. "¿Qué pensé? ¡Vaya mala suerte!", exclama sobre su caída, y añade: "Nos cerramos mucho en las carreras y cualquier toque te puede desequilibrar. Fue fortuita, no hubo mala intención, pero tampoco imaginaba que me iban a recalificar".

"Me dolía no poder demostrar cómo estaba de forma y mi nivel", afirma, estado anímico que cambió radicalmente cuando conoció que podría correr la final: "Tenía más confianza, muchas ganas, poder luchar en la final y, sobre todo, demostrar que podía estar ahí, con los mejores".

Sobre la final, Bustos explica que imaginó "que iba a ser una final lenta, pero no tanto". "Y no ir tan rápido creo que le fue mal a Kiprop", el gran favorito, destaca el mallorquín, que añade: "Creía que Kiprop iba a salir más adelante. Fue una carrera táctica, de mi estilo de corredor. Sabía que en una carrera rápida ganar era muy difícil; aunque a veces es una ruleta. Es lo bonito de estar delante".

"En una final ninguno es malo"

"Acabé séptimo, estoy muy contento", reconoce Bustos, que sentencia, para reivindicar su séptima plaza y su diploma: "En una final olímpica ninguno es malo".

Además de la posición, el atleta calvianer da importancia al valor anímico de su presencia en la lucha por las medallas del 1.500 de Río: "Sobre todo me sirve para coger confianza, saber que en el futuro podré estar luchando con ellos, con los mejores".

Por último, Bustos rechaza que el actual 1.500 haya perdido caché, ya que en Río pareció que tenían más seguimiento las pruebas de fondo (5.000 y 10.000). "Tampoco es eso; puede que haya bajado un poco el nivel, pero es más por la llegada de otros atletas. Ahora hay más rivales, se han incorporado atletas de países que antes no corrían en el 1.500 y es más difícil entrar en las finales de los meetings. Y quizás también está el hecho de que ahora son carreras muy tácticas y un poco más lentas. Pero se compensa en el último 700; se va muy rápido", concluye.

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