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Mallorquines en Río

Actuación notable de los mallorquines en las Olimpiadas

La delegación balear se va de Río de Janeiro con seis medallas, dos de oro, y cinco diplomas

Actuación notable de los mallorquines en las Olimpiadas

Gran actuación de los deportistas mallorquines en los Juegos de Río de Janeiro, en la que se puede considerar la mejor participación de los representantes de Balears en una cita olímpica: seis deportistas con medalla y cinco con diploma.

Rafel Nadal y Marcus Cooper han sido los más destacados, con sendas medallas de oro. El tenista fue el primero en subir al podio al ganar el torneo de dobles junto al catalán Marc López, en una larga e intensa final que le obligó a renunciar a disputar el cuadro de mixtos -junto a Garbiñe Muguruza- y que le penalizó en el torneo individual, cayendo en la lucha por el bronce (fue diploma olímpico) ante el japonés Kei Nishikori.

Igual de brillante, pero mucho más sorprendente, fue el oro de Marcus Cooper Walz. El palista de Cala d'Or se clasificó con autoridad para las semifinales y luego para la final, en donde se mostró intratable; realizó una espectacular remontada para romper los pronósticos -en algunas casas de apuesta se pagaba 1.000 a uno su victoria- y colgarse el oro.

Alba Torrens completó su brillante palmarés con la selección femenina de baloncesto con una plata; la de Binissalem ha sido de las mejores jugadoras del equipo dirigido por Lucas Mondelo.

El alero Rudy Fernández fue de menos a más en el torneo olímpico y ayudó a España a colgarse el bronce olímpico en un torneo masculino de baloncesto en el que se echó en falta mayor aportación del menorquín Sergi Llull. Menos tuvo incluso el mallorquín Álex Abrines, convocado a última hora y al que, desgraciadamente, el seleccionador Sergio Scariolo no le dio minutos de juego.

Una de las sorpresas de Río la protagonizó el joven nadador Joan Lluís Pons. El novato batió el récord de España de los 400 estilos y se clasificó para la final; histórico si se tiene en cuenta que solo antes un nadador mallorquín había estado en una final: Rafael Escalas en los 1.500 libre de Moscú 1980. Fue recibido la semana pasada como un héroe y homenajeado en su pueblo, Sóller, y en su club, el Club Natació Palma.

Marc Sánchez, en Brasil por lesión de un compañero, cumplió en el 1.500 -arrastraba molestias en un pie- y con el relevo 4x200 libre, pese a no clasificarse para la final.

Tampoco pudo disfrutar de estar en una final, el objetivo que se había marcado en Río -sus terceros Juegos-, Melani Costa. La mallorquina no alcanzó su verdadero nivel en los 200 y 400 libre y los relevos 4x100 y 4x200 libre. Toda un decepción.

Como curiosidad, el joven nadador Hugo González, nacido en Palma -su padre es mallorquín- y que desde los siete años vive en Madrid, alcanzó las semifinales en los 200 espalda.

Solo un día pudo competir en Río el boxeador Youba Sissokho. El púgil cayó en la primera ronda del peso welter tras una combate discreto, en el que estuvo muy pendiente de no sufrir golpes en el lado derecho del cuello -peleó con un tumor benigno que le deben extirpar- y acabó cediendo a los puntos en su estreno olímpico.

También fue breve el paso por Brasil de Caridad Jerez. La atleta mallorquina no superó la primera criba de los 100 metros vallas, quedándose fuera de las semifinales. Era su objetivo, aunque para ello debería haber rebajado el récord de España que ella misma posee.

Peor empezó David Bustos en Río de Janeiro, aunque el mallorquín acabó satisfecho con su actuación tras ser repescado para la final del 1.500 masculino. El atleta de Calvià superó la primera ronda y se fue al suelo cuando luchaba en las semifinales. Los jueces aceptaron la protesta de la Federación Española, que reclamó que habían tocado al mallorquín y por eso se había desequilibrado, y le permitió disputar la final, en la que logró un brillante séptimo puesto tras ir por delante buena parte de la carrera y se llevó el diploma olímpico.

Frustración y decepción

También Sete Benavides tuvo que conformarse con el diploma, aunque en su caso tras ser cuarto por unas milésimas que le apartaron del podio en Río, como ya le había ocurrido en Londres 2012.

Menos frustrante, aunque decepcionante, fue la actuación de Mario Mola. El calvianer era la principal opción a medalla del triatlón español, pero no estuvo a su nivel y se le escapó la posibilidad de estar en el podio en el sector ciclista. Su remontada a pie no fue posible y acabó octavo, diploma olímpico.

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