Youba Sissokho ya prepara su viaje de regreso a Mallorca. El púgil mallorquín, que cayó eliminado en la segunda ronda del peso welter en los Juegos, tendrá que lidiar un nuevo combate en cuanto llegue a su casa, pasar por el quirófano para que se le extirpe un tumor benigno que tiene en el cuello y que le impidió rendir al máximo en Río de Janeiro en el que era su debut olímpico.

"Sissokho tiene margen por mejorar, la lesión en el cuello lo limitó, pero cuando se recupere hará buenas cosas en el próximo ciclo olímpico, sobre todo si tiene peleas suficientes", dijo el entrenador de la selección española, Rafael Lozano, tras la primera y última pelea del mallorquín, que acudió a los Juegos Olímpicos pese a las dificultades derivadas de ese tumor benigno que se le detectó hace unos meses.

Nadie se habría enterado de su dolencia de no ser porque el propio púgil isleño, de origen senegalés, estalló en Instagram para responder a ciertos comentarios que ponían en duda su actitud y hasta su 'españolidad'. Sissokho, derrotado por 3-0 ante el uzbeko Shalhram Giyasov, se sintió herido e hizo público que había competido con un tumor en el cuello. Arrepentido, borró su comentario una media hora después, pero ya era tarde; las redes sociales habían funcionado y medio planeta lo sabía ya.

Cuando a Sissokho le diagnosticaron el tumor lo pasó muy mal. Pasó por una depresión, de la que pudo salir gracias al apoyo de la familia, amigos, técnicos y miembros de la Federación Española y de la Balear. El boxeo nacional protegió al mallorquín, que estuvo medicándose varios pese a que el bulto del cuello era benigno.

Finalmente, se decidió que lo mejor era que luchara por la clasificación y no tirar varios años de trabajo por la borda. La extirpación del tumor podía esperar, aunque era molesto y le ponía en dificultades ante sus rivales. La Federación Española informó a los organismos internacionales de la medicación que había tomado Sissokho y el mallorquín la dejó a un lado para poder competir. Había incluso pensado en abandonar, pero su gen competitivo pudo más y Sissokho afrontó su último preolímpico y, después, el torneo 'extra' que se disputó en Venezuela para los púgiles profesionales. Allí consiguió su premio el boxeador criado en el Príncipes de España, al amparo del Centre de Tecnificació, y que desde hace unos años reside en el CAR de Madrid, en la concentración permanente de la selección española amateur.

Superado el examen, Sissokho regresó a Mallorca para preparar su presencia en los Juegos. Debía llegar en buena forma a Río y los entrenamientos fueron exigentes. Y difíciles, sobre todo cuando en uno de ellos tuvo que detenerse porque al púgil mallorquín se le quedó dormido el brazo. Le habían golpeado en la zona donde tiene el bulto y se quedó sin reacción en ese lado. No podía mover la extremidad superior derecha, pero todo quedó en un susto minutos después. Sin embargo, era un claro punto en su contra ante cualquier rival.

El secretismo sobre su estado físico era total y se reforzó aún más tras este pequeño incidente. En Brasil todo funcionó con normalidad, hasta que llegó el primer combate olímpico. Fue entonces cuando el 'bulto sospechoso' hizo daño. El temor a recibir un golpe en la zona derecha del cuello le impidió afrontar el combate como siempre había hecho, debiendo preocuparse especialmente de evitar los ataques por ese lado.

No fue Sissokho el prometedor púgil al que estaban acostumbrados en la selección. Aunque ofreció un buen nivel, se le vio inseguro en algunos lances y lo acabó pagando ante el uzbeko Giyasov.

La derrota no empañó las esperanzas que tienen depositadas en él los técnicos de la Federación Española, con el seleccionador Rafael Lozano a la cabeza, y mucho menos los entrenadores de la Balear con los que ha trabajado.

El equipo volverá lo antes posible a España. Estaba previsto que permanecieran todos en Río hasta que acabara la competición para los dos púgiles. Con la derrota ayer del canario Samuel Carmona, Youba Sissokho regresará en breves días a Mallorca y pedirá cita para resolver de forma definitiva un problema que le ha perjudicado a la hora de afrontar su sueño deportivo. Pasará por el quirófano para que le sea extirpado ese tumor benigno que le puso a prueba hace unos meses. Por fortuna, en unas semanas solo será un mal recuerdo para Sissokho.