Joan Lluis Pons concluyó con un tiempo de 4:16.48 en octava posición la final de los 400 estilos de los Juegos Olímpicos de Río en la que se impuso el japonés Kosuke Hagino. Pons, que no pudo rebajar los 4:13.55 que él mismo estableció como nuevo récord de España en la preliminares disputadas por la mañana, se quedó a casi siete segundos del podio, que cerró el también japonés Daiya Seto con un registro de 4:09.71.

Más distantes del mallorquín, que debutaba en unos Juegos, quedaron el japonés Kosuke Hagino, que se proclamó campeón olímpico con una marca de 4:06.95 y el estadounidense Chase Kalisz, que debió conformarse con la plata tras tocar la pared 70 centésimas -4:06.75- más tarde que el nipón.

Pons pisó la zona mixta del Estadio Acuático de Río de Janeiro exultante por su octavo puesto en la final de los 400 estilos. Ese resultado le reportó, a sus 19 años, un diploma como rúbrica a su estreno en los Juegos Olímpicos.

Esa es una garantía de presente y de futuro, porque el balear contagió euforia pero, sobre todo, ambición.

Su rostro transmitió alegría y satisfacción por el récord de España (4:13.55) que le condujo con el octavo mejor registro hacia la final, donde se midió a los siete mejores de la cita olímpica. Entre ellos el japonés Kosuke Hagino, campeón con un crono de 4:06.95 que superó en casi diez segundos el tiempo (4:16.48) del nadador de Sóller en la ronda definitiva. De Río se irá, pese a todo, con el objetivo cumplido. "Quería hacer mi mejor marca y batir el récord de España. Sabía que la final era muy difícil, pero era consciente también de que el primer día por la mañana la gente tiende a despistarse y a cometer errores. No suelen ir tan rápido como deberían y siempre hay alguna sorpresa. Esta vez la sorpresa he sido yo", celebró el mallorquín, al que ahora le esperan tres semanas de merecido descanso después de preparar durante a fondo durante los últimos meses la cita olímpica, que ha acabado de la mejor manera.