Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Baloncesto

La eclosión meteórica de Abrines

El escolta mallorquín, formado en La Salle, consigue el sueño de ser olímpico y jugar en la mítica NBA

Un joven Álex Abrines junto a su padre.

El nombre de Álex Abrines está en boca de todos. El escolta mallorquín está experimentando una meteórica progresión que, tanto él como su entorno, lo están asimilando de manera natural.

El nuevo jugador de los Oklahoma City de la NBA, que esta noche se estrena en unos Juegos, empezó desde muy pequeño en el mundo de la canasta con un claro referente, su padre, Gabriel Abrines, que jugó cinco temporadas en la ACB. En cualquier caso, Álex Abrines ha superado todos los registros conseguidos por su progenitor, y 2016 permanecerá siempre en el recuerdo por su desembarco en la NBA y por la experiencia de disputar sus primeros Juegos Olímpicos.

El padre del jugador asegura que todavía están tratando de asimilar los repentinos cambios en la carrera profesional de Álex. "Han sido tres semanas de locura y en los que se han cumplido sueños increíbles como ir a los Juegos Olímpicos y fichar por un equipo NBA. Nos ha venido todo junto y lo estamos intentando asimilar", asegura Gabriel Abrines. Sobre su fichaje por los Thunders, Gabriel está "convencido de que ha dado el paso en el momento ideal". El exjugador de Huesca, Cáceres, Gran Canaria o Fuenlabrada, entre otros, considera que Álex "se va al equipo ideal y en el momento ideal" y no tiene dudas de que el escolta de 23 años será capaz de asimilar su nueva situación de forma natural como ha hecho hasta el momento. "Estoy convencido de que ha dado el paso de ir a la NBA en el momento idóneo. Ya ha hecho cambios drásticos en su carrera y los ha asumido bien. Creo que está preparado para irse allí y hacerse un sitio", considera Gabriel.

Además, el padre del jugador destaca el interés mostrado por Oklahoma por incorporar a Álex y asegura que desde 2013, cuando le eligieron en el draft, el equipo de San Francisco "le ha hecho un seguimiento y siempre le han querido fichar". Aunque el joven jugador tenía el deseo de continuar en el Barça Lassa, Gabriel considera que "había llegado el momento". "Álex quería seguir en el Barcelona pero la marcha de Durant ha cambiado el proyecto y el club ha hecho una apuesta fuerte", desvela.

Hoy en día se puede a ver a Abrines entre los grandes mitos del baloncesto como Pau Gasol, Juan Carlos Navarro o Kevin Durant, pero el camino al éxito ha sido largo. Abrines empezó su carrera en el CB La Salle de Palma, donde siguió una evolución parecida a la que está experimentando ya como profesional. El verano de 2008 fue clave. El mallorquín creció 17 centímetros en un solo verano y su potencial aumentó de manera considerable. Su padre asegura que este estirón "le permitió hacer cosas que antes no podía, como por ejemplo jugar por encima del aro". A pesar de ello, los padres del actual jugador de los Thunders no podían imaginar todo lo que estaba por llegar. "Cuando estaba jugando en La Salle era complicado prever todo lo que está pasando. Está siendo todo un sueño y ha venido súper rápido", relata el exjugador. Más allá del cambio físico, Gabriel considera que ha sido clave la mentalidad de su hijo para conseguir llegar al nivel que ha conseguido llegar. "Todo lo que ha conseguido en seis años es increíble. Ha sido capaz de asimilar el pasar a ser un jugador de formación en Mallorca a profesional en un año. Lo bueno de Álex es que siempre ha tenido camino para crecer y lo ha aprovechado", confiesa.

Un espejo en el que mirarse

Si bien Álex Abrines ha superado con creces lo conseguido por su padre, el jugador de 23 años ha crecido al lado de un ambiente de baloncesto que le ha sido de ayuda en sus primeros pasos en el profesionalismo. "Sé cómo se mueve el mundo profesional e inicialmente quizá le pude ayudar porque muchas cosas son similares. Yo nunca he llegado a jugar en el nivel que él está y ahora le escucho yo más a él. Al principio mis consejos igual le llegaban más que lo que le pueden llegar ahora", manifiesta Gabriel Abrines. El exjugador del Patronato confiesa que Álex ha visto partidos de cuando él era jugador y bromea con que ahora se avergonzaría de que lo viera. "Ha visto algún partido mío. Ahora me daría un poco de vergüenza enseñárselos, se reiría de mí seguro. El baloncesto ha cambiado mucho", explica con tono distendido.

Hoy en día es muy frecuente ver jugadores de Mallorca en la máxima categoría del baloncesto nacional, pero en la época de Gabriel no lo era tanto. En 1984, el binissalemer jugaba en Inca cuando se fue al Real Madrid a hacer una prueba, que acabaría por lanzarlo al mundo profesional. La suya fue una oportunidad única que fue capaz de aprovechar, pero que en su día no se daba con frecuencia. "Igual antes era más difícil salir a la península. En mi caso, yo jugaba en Inca y el presidente, que era socio del Real Madrid, me dijo que me llevaría a hacer una prueba con el Madrid y me cogieron", recuerda Gabriel. El destino ha llevado a que si él jugó en el Real Madrid, su hijo lo hiciera en el Barcelona. Una situación que provocó que una familia que siempre ha simpatizado con el conjunto blanco se convirtiera en 'culé'. "Algo anecdótico", asegura un Gabriel Abrines que celebra "la oportunidad" de su hijo de ir al Barça y que se muestra confiado en que la meteórica y, a la vez, natural progresión de su hijo se alargue en tierras americanas.

Compartir el artículo

stats