Sóller siempre se acordará de esa última brazada que permitió a Joan Lluís Pons, a sus 19 años, conseguir la mínima olímpica. La felicidad de todo un pueblo y de todo un club le costó un par de euros a la Federación de Natación ya que el joven nadador, al enterarse de que consiguió la marca necesaria para asistir, rompió la campana con la que se celebran las mínimas. Y no es para menos. Pons hace historia y será el mallorquín más joven en Río.

¿Quién hubiese afirmado, hace unos años, que Pons representaría a España en los 400 estilos en unos Juegos? Desde pequeño, ha sido un experto en mariposa y la braza quedaba muy lejos de ser su mejor estilo. Pero fue con esta última posta con la que se convirtió en olímpico. Mal posicionado tras la espalda, recuperó todo el tiempo perdido antes en la braza y consiguió, finalmente, la mínima que le llevaría a Brasil.

Joan Lluís Pons, según explicó, al acabar sus entrenamientos en Sant Cugat se quedaba en la piscina entrenando la braza. Un esfuerzo que ha valido la pena. Con los 400 estilos ha conseguido varias medallas en estos dos últimos años.

"La final está difícil", ha comentado Pons, pero promete luchar al máximo por ese objetivo. Humilde, no piensa sin embargo ni en finales ni en medallas. Sabe que Río ha llegado pronto, que su objetivo es Tokio 2020 y que la experiencia que consiga en Brasil ya vale la pena; y si consigue rebajar su mejor marca estará más que contento. Sabe que es joven, que tiene mucho por delante y la posibilidad de pelear como mínimo por unas Olimpiadas más. Adquirir conocimientos y técnica es su máxima para estos juegos.

Por lo pronto, su primer reto es pasar la eliminatoria de su debut y superar rondas. ¿Podrá llegar a la final? Muchos deportistas cometen fallos por los nervios, entre otras cosas, nervios que Pons puede controlar, lo que le puede permitir volver a hacer sonar la campana.