La de Youba Sissokho es una de esas historias de superación personal que motivan a los jóvenes deportistas. De querer dejarlo todo, reaccionó y ahora se ve con posibilidades de conseguir una presea en los Juegos.

Debido a un problema de salud, el boxeador mallorquín entró en un círculo vicioso de infelicidad. Cada pequeña cosa significaba un gran problema. Sus amistades y familia le apoyaban, pero el púgil se encerraba en sí mismo. Finalmente, gracias a la ayuda de los suyos, su vida dio un giro y cumplió uno de sus sueños: consiguió un billete para Río.

Por valor o por atrevimiento, Sissokho siguió boxeando, pese a que antes llegó a hablar con su entrenador y con la Federación para dejar de una vez por todas este deporte. Pero siguió peleando.

Con el apoyo del cuerpo técnico y, más importante aún, con su fuerza de voluntad y la ayuda de un psicólogo, venció al púgil indio Goyat Neeraj en la repesca del último clasificatorio para Río y se ganó su plaza en los Juegos.

Pero su gloria ya viene de antes. Ya fue campeón de España en dos ocasiones, bronce en el Campeonato de Europa y plata en los Juegos Mediterráneos tiempo atrás. Con esta fuerza acumulada, no tuvo piedad de Neeraj y lo superó a los puntos en los tres asaltos. Fue un combate desigual, en el que Sissokho impuso su mayor pegada y calidad técnica. No pudo disimular la alegría por su primera clasificación olímpica, que es todo un hito en su palmarés.

Rafael Lozano, el seleccionador español, admitió que se tuvieron que tomar en serio su situación. Le siguieron y le ayudaron. Trabajaron cada día con él porque siempre confiaron en que Sissokho alberga un futuro campeón en su interior. El técnico también considera que el mallorquín tiene muchas posibilidades de ganar. Youba se ha enfrentado a los mejores del mundo y ahora tiene muchísima confianza en sí mismo.

Su objetivo es claro. No busca ni el podio ni la final. En su mente solo está el oro olímpico. El púgil balear sabe que es difícil. Que el boxeo español no tiene los mismos recursos que en el resto del mundo. Pero cree en sí mismo y en sus posibilidades. Su idea en los Juegos es clara: "El pase fue meter el pie derecho, ahora quiero meter el izquierdo y ganar una medalla".