Sergio Dalma, Estopa, Raphael, Cristina Cifuentes y Fernando Tejero son los protagonistas de las entregas que Susanna Griso ha grabado ya de su nuevo programa, "Dos días y una noche", un "viaje planetario" a su universo, en la onda del que hace Bertín Osborne, que estrena Antena 3.

"No es una copia. Este es un formato que existe desde hace varios años en la televisión sueca ('Sleeping with the stars') y ahora hemos comprado los derechos después de darle la tabarra a la cadena mucho tiempo con que quería hacerlo", explica en una entrevista con Efe Griso (Barcelona, 1969), que seguirá presentando "Espejo público" en esa misma cadena.

Se parece, aclara, en que es una aproximación al personaje íntima, o al menos más cercana, de lo que se suele hacer en un programa de entrevistas, pero, a diferencia de lo que hace Osborne, ella "aterriza" en la casa del personaje de que se trate, acompañada de tres cámaras, el sábado por la mañana y no la abandona hasta el domingo por la tarde.

El programa que más se le asemeja, puntualiza, es "El Convidat", que TV3 ha emitido durante cinco años, pero era una "recreación" del formato sueco, al que ella ha tenido acceso, como a muchos otros, gracias a que tiene "al jefe de programas en casa", es decir Carles Torras, su marido y director del formato.

"Pasamos el fin de semana en casa de alguien. Es un programa de convivencia, a caballo entre la entrevista y el reportaje y con mucho de documental", resume.

De los ocho programas de los que constará esta primera entrega, ya están grabados cinco, protagonizados por los citados, empezando por Sergio Dalma, pero no quiere desvelar quiénes protagonizan los siguientes.

Aunque el programa se llama "Dos días y una noche", asegura que la noche la dedican a dormir porque ella, que lleva casi diez años presentando "Espejo público" y levantándose para hacerlo a las cinco de la mañana, se "funde" muy pronto.

Por el contrario, sus personajes no están "por la labor" de levantarse muy temprano: "Los cantantes tienen biorritmos muy distintos de los mortales", bromea.

El programa, de 45 minutos, supone "muchísimo trabajo" porque la imagen, la iluminación y el montaje se ha cuidado con detalle, aunque eso no implica artificialidad, "más bien al contrario, porque el propósito es que todo fluya y sea natural".

Ha conseguido, asegura, "muchas revelaciones", pero a ella no le gusta "ser invasiva", sino saborear y dosificar los momentos, "generar confianza con el entrevistado y que se sienta cómodo y ser muy fiel al espíritu".

"Pensaba que partía con la ventaja de hacer programas en directo durante 23 años, pero esto es muy distinto. Estoy acostumbrada a llevar la voz cantante, y ahora es el protagonista el hilo conductor. Siempre me ha gustado mucho el género de la entrevista y esto es como un final de ciclo", revela.

Lo mismo que Bertín Osborne suele lanzar grandes carcajadas o rematar una confesión con un "qué bueno", en "En la tuya o en la mía" (TVE) Griso tiene sus "tics". "Me he dado cuenta de que tengo la manía de acabar las frases del entrevistado, y eso me lo tengo que quitar", confiesa.

Hacer este programa, dice, tiene "una parte difícil" y es que al tiempo sigue con "Espejo público", y los madrugones que conlleva, pero compaginarlos fue "la condición" que le pusieron en la cadena para permitirle hacerlo.

"También tiene una parte muy buena -compara- y es que me ha permitido desconectar mucho, porque vivir otras vidas permite desconectar psicológicamente. Es como coger un vuelo a las ocho de la mañana y aterrizar en el 'país Estopa', y dejar de preocuparte de los pactos y la formación de Gobierno", se ríe de nuevo.

Su "misión" seguirá siendo "entretener, emocionar e interesar" sacando a la luz "facetas desconocidas" de cada uno de ellos: "El reto es ser menos periodista y ser más cómplice", agrega.