El pelo es ese elemento del cuerpo humano que crece en distintas, variadas y hasta a veces, insospechadas zonas, también conocido como vello corporal. Un componente funcional que, de tiempos remotos a la actualidad, ha adquirido un concepto estético importante. La cara, las piernas o las axilas son algunos de los lugares más recurrentes en los que se utiliza esa vertiente decorativa.

La barba, de cada vez más, se está convirtiendo en una señal de identidad, en una moda sobretodo entre los hombres jóvenes. Para los 'hipsters' (subcultura urbana caracterizada por vestir vintage, preferiblemente acompañado de gafa pastas, vaqueros ajustados y camisas a cuadros), también conocidos como 'modernos', la barba se ha transformado en un elemento indispensable para marcar tendencia. De hecho, cuanto más larga mejor. Eso no significa que sean unos dejados, sino todo lo contrario, se la cuidan más.

El peluquero Joan Sebastià, propietario de Pelfecte, afirma que "los jóvenes se dejan más la barba que hace unos años". "Creo que la tendencia de que crezca barba es para cambiar la estética que se llevaba hasta ahora, se ve más por la calle".

Una moda de lucir barba, a la que se han apuntado famosos de Hollywood como George Clooney, Brad Pitt o Ryan Gosling. Este fenómeno, que está arrasando en los rostros masculinos, se debe a un cambio de look, donde predomina una apariencia más masculina, salvaje y con un punto rebelde. En centros de estilismo de Nueva York o Londres se están llenando los bolsillos con implantes faciales para ir a la última moda.

Es tal el impacto que ha generado la barba que lo que antes se veía como un sinónimo de dejadez ahora se considera ser fashion. Y no a todos los hombres les crece pelo en el rostro como para poder lucir esa barba frondosa deseada. No se preocupen, las clínicas estéticas tiene la solución. Por unos 6.000 euros, cualquiera puede hacerse unos implantes capilares para conseguir una apariencia ´hipster´.

La doctora María Asensi, especialista en implantación de vello facial, asegura que es un método "permanente" y que "cuando se implanta adquiere las características de donde procede". "Aunque el pelo del cuero cabelludo no tiene el mismo calibre, si se realiza el implante con la dirección y la angulación adecuada el implante queda totalmente natural".

Aún así, Asensi asegura que no ha notado peticiones en su clínica por este motivo. "No he percibido demanda de implantes de barba por este motivo, al menos por ahora. Los injertos faciales se solicitan sobre todo para la restitución de pelo en áreas despobladas, consecuencia de ciertas patologías o por cicatrices".

Otro de los argumentos por los que las gente se somete a operaciones de injertos capilares es para tapar la calvicie. En este sentido, el dermatólogo Francisco Jiménez reconoce que "el implante capilar ha recuperado la autoestima de mucha gente". "Este tipo de cirugía ha incrementado su demanda porque personajes públicos como Bono o Casillas se han hecho transplantes y la gente ha visto el resultado".

La tendencia, a lo largo de los años, siempre había sido reducir de forma considerable la cantidad de pelo en el cuerpo. El metrosexualismo, moda de cuidar el cuerpo como si de dioses griegos se tratara, ha pasado a la historia. La depilación masculina ha dejado de ser una moda para dejar paso al hispterismo.

Toni Alomar, propietario de una barbería que lleva su nombre, y que se dedica a la profesión desde hace 50 años, cree que hay más clientes que "en lugar de venir a cortarse el pelo, quieren estilizar su barba". Uno de los pasos a seguir para perfilar y dar forma al vello facial es recortar esas zonas que pueden resultar más molestas. "Por motivos de la vestimenta, la zona del cuello suele resultar molesta porque se produce rozamiento, así que lo mejor es recortar cada cierto tiempo".

En este sentido, Joan Sebastià asegura que, a parte del cuello, hay que ir recortando los costados. "Al igual que el cabello, la barba debe reducirse siempre por los lados para estilizar la cara porque sino, crece a lo ancho y proyecta una imagen de rostro redond0".

En cuanto a tamaño se refiere, ambos peluqueros aseguran que el modelo estándar es de una longitud de tres o cuatro semanas, dependiendo de cada caso. También es muy usado el demoninado ´hombre lija´ o lo que es lo mismo, tres o cuatro días sin afeitarse.

Sobre los motivos que llevan a uno a poblar de vello el rostro, Sebastià considera que el aumento de gente siguiendo esta corriente "se debe únicamente a una cuestión de moda". "No hay otra explicación para justificar que cada vez más gente lleve barba por la calle".

Mantenimiento

Aunque pueda aparentar vagancia, la barba conlleva un proceso de mantenimiento. Recortar, limpiar y cuidarla es casi un requisito. Además de darle forma, existen productos para perfilar y fortalecer el vello facial.

Los aceites y suavizantes son elementos que mejoran la densidad e hidratación. "El pelo de la barba es siempre rizado. Hay que cuidarla bien", comenta Alomar.

En el mismo discurso, el propietario de Pelfecte reconoce que hay toda una línea de lociones para llevar un cuidado de lo más exhaustivo. "Los tratamientos más comunes para tener un seguimiento son los jabones especiales y suavizantes, sobre todo para las barbas más gruesas", dice Sebastià. "Se ha producido un incremento del 50% de hombres que no se afeita diariamente por lo que empieza a haber una demanda de estos productos".

Esta moda estética no es nueva. Alomar aclara que en los años 30 hay fotografías que indican "que debía ser todo un arte". Otro boom de vellosidad se produjo, según el peluquero, en los años 80, y poco a poco fue desapareciendo.

Un estilismo que se ha instaurado, sobretodo en jóvenes de 20 a 35 años, y que ha cambiado el concepto de ´pasotismo´ por el de elegancia.