Se acabó el mal rollo, asume tu derrota: viva Entre todos y viva Toñi Moreno. Viva el exhibicionismo de la desgracia, la lástima como digestivo en las sobremesas, la caridad como estrategia en la lucha por la audiencia, la limosna como género televisivo. Y mueran los servicios sociales, los impuestos redistributivos y el espejismo de la lucha por la igualdad y la dignidad humanas. No trates de nadar a contracorriente.

Déjate arrastrar por la ola. Después del Telediario 1 no debes apagar la tele ni cambiar de canal. Debes sentarte a ver el ramillete de desgracias e injusticias que La 1 ha preparado para ti con todo su cariño.

Tal vez tu lado más racional te moleste recordándote algún dato incómodo, como que el programa cuesta más de lo que recauda, así que no le hagas ni caso. Sepúltalo en lágrimas y, cuando la emoción te desborde, llama por teléfono y participa. Llora, paga y quédate a gusto. Deja de sentirte solo ante el televisor y únete a la manada. Entre todos hace país, hace reino porque une al pueblo con sus monarcas, concretamente con su reina. Porque además de la inmensa labor que desarrolla este programa evidenciando la superioridad de la limosna sobre la justicia social, propicia el acercamiento de la reina a sus vasallos.

Ella proclama que ve el programa siempre que puede, saluda a Toñi Moreno cuando se la encuentra en algún acto social, y tú puedes agradecerle que te acompañe su regia presencia mientras lloras a moco tendido. ¡Es tan hermoso saber que a la Reina le gusta ver desde su palacio cómo la pobre gente lame sus heridas! ¡Es de tan buen tono para una reina tan fina decir que Entre todos es su programa favorito! En fin, que porque no la puedes votar en un referéndum, que si no€