Los alrededores del mercado del Olivar han sido París, los arcos de Jaume III han emulado Italia, Santa Catalina se ha convertido en el Soho londinense y calles como Velázquez han recreado el barrio neoyorquino de Tribeca. Palma ofrece miles de escenarios perfectos para rodar publicidad audiovisual y el sector lleva años potenciándola, porque "tiene una arquitectura muy variada, una luz fantástica, mar, playa, montaña y campo a menos de 20 kilómetros a la redonda. Tiene la escala de una capital mediterránea y casi puede ser cualquier ciudad del mundo", como explica Germán Traver, jefe del departamento de localizaciones de Palma Pictures, la primera empresa del sector que puso el ojo en la capital balear, hace ya dos décadas.

La inmensa mayoría de los anuncios que realizan "son para clientes extranjeros, que quieren recrear los lugares en los que se emitirá el spot, por lo que hay que intentar encontrar espacios parecidos o lo suficientemente neutros", según detalla Traver. Si se trata de la Europa continental, por ejemplo, "tenemos que evitar las palmeras, porque son muy mediterráneas", añade.

Tampoco son recomendables los planos muy abiertos, para que no se reconozca la ciudad. "Si es una campaña a nivel mundial, por ejemplo, no interesa mostrar si está rodada en Londres o Palma, a no ser que lo requiera la historia que cuenta el anuncio", según el experto. Por este motivo, "apenas sale la Catedral".

Un mito que quiere desterrar Germán Traver es que sólo se rueda en escenarios bonitos. "No siempre es así, todo depende de lo que exija el guión. Muchas veces debemos buscar zonas urbanas, barriadas periféricas o lugares como un túnel o una pared con grafiti". Le toma la palabra Daniel Sampedro -también responsable de localizaciones- y ejemplifica que rodaron "un anuncio para Adidas en la avenida Argentina, los alrededores del mercado de Son Cotoner y en el polígono de Son Castelló". Lo importante es que "Palma tiene un amplio abanico de posibilidades".

Otro caso es el de la campaña Cuenta Conmigo, de McDonalds, rodada por el director y guionista palmesano Rafa Cortés, donde sale desde la playa del Portitxol hasta el restaurante de comida rápida del Ocimax, pero apenas son reconocibles. En el último anuncio de Visa, el protagonista corre con globos de colores en la mano por las escalinatas de la Costa del Teatre, la calle Unió y uno de los puentes de sa Riera, aunque hay que estar atentos a la pantalla para comprobar que esos lugares son Ciutat.

Cuando se pregunta a los dos especialistas de Palma Pictures por las desventajas de esta ciudad, no se les ocurren muchas. "Tal vez hay una escasez de localizaciones de edificios modernos, no como Madrid o Barcelona; y falta un gran paseo, como el de Gràcia o los Campos Elíseos. Sin embargo, la flexibilidad de Palma no la tienen otras urbes del mundo con las que competimos", destaca Traver. Para Sampedro, el inconveniente es "trabajar en verano, porque hay mucha gente y tráfico".

Uno de los lugares más filmados es el paseo Marítimo, sobre todo para anuncios de coches, pero esta localización muchas veces no es reconocible, debido a que "se realizan muchos planos cortos para destacar el vehículo". También se rueda a menudo en el centro histórico y el Pueblo Español. Sin ir más lejos, Palma Pictures tiene previsto trabajar en estos sitios el próximo fin de semana para un anuncio de champú. El cliente ha elegido además los castillos de San Carlos y de Bellver como posibles escenarios del rodaje.

Palma Film Office

A pesar de que la publicidad es un sector que lleva años implantado en Ciutat, las administraciones públicas no han descubierto su potencial hasta hace muy poco tiempo. Este año se ha producido un importante punto de inflexión con el rodaje del anuncio de la marca de ron Captain Morgan, que movilizó a finales de enero a un equipo de 150 técnicos y casi 250 figurantes, y dejó en la isla 750.000 euros de inversión. "Con esta producción, los políticos han empezado a comprender lo que representa este sector para una ciudad", en palabras de Germán Traver. Parte del anuncio ya se puede ver en internet, aunque será emitido en su totalidad en la final de la Super Bowl, vista el año pasado por más de cien millones de personas

Durante la pasada legislatura, el Ayuntamiento dio los primeros pasos para potenciarlo, con la creación de la Palma Film Office. "Es la oficina de intermediación de las productoras cuando vienen a filmar, como una ventanilla única para que gestionen los aspectos burocráticos de un rodaje", según explica la regidora de Comercio y Trabajo, Esperanza Crespí. En lo que llevamos de año, la oficina ha recibido 25 peticiones de filmación y en 2012 ayudó a 54 anuncios, de los que cerca de la mitad quisieron rodar en mayo, ya que primavera es la época más solicitada, y por detrás está el otoño.

La técnica de la citada oficina, Xisca Febrer, detalla que su labor es "facilitar toda la información necesaria, como los permisos de ocupación de la vía pública -un día de filmación cuesta 500 euros-, los espacios de carga y descarga, coordinar con la Policía Local el cierre temporal de una calle y muchas otras cosas". Para dar una idea de los trámites existentes, pone como ejemplo filmar en el museo del Baluard: "No sólo hay que alquilarlo, sino que también es necesario acceder al Acire (Área de Circulación Restringida) de la plaza de los pinos, por lo que hay que registrar las matrículas de los vehículos que entrarán; llamar a la grúa para que traslade a otro sitio los aparcados que molestan; pedir una dispensa de ruidos en caso de que se ruede a según qué horas, ya que la Llotja está declarada Zona Acústicamente Contaminada; ver si se necesita instalar un grupo electrógeno o si tienen que apagar las farolas por la noche. No es tan sencillo como darle a un botón, ya que en el proceso intervienen tres o cuatro personas", enumera sobre las múltiples complicaciones de rodar un anuncio.

El ejemplo de la iluminación también es mencionado por el responsable de Palma Pictures. "Cuando filmamos en diciembre o enero, tenemos que pedir que apaguen las luces de Navidad, ya que no se pueden ver en el spot". Su compañero menciona otras anécdotas, como cuando se topó con un desfile militar y tuvieron que cambiar de localización o, en el rodaje de Captain Morgan en Bellver, un grupo de niños visitó el castillo y tuvieron que parar la filmación porque se requería un silencio absoluto. También se han encontrado con manifestaciones, inclemencias meteorológicas -"no recuerdo ningún rodaje que se haya cancelado por el mal tiempo. Se buscan alternativas", afirma Daniel Sampedro- y todo tipo de problemas, que se solventan lo más rápido posible, debido a que trabajan contrarreloj y un rodaje mueve a veces hasta un centenar de profesionales.

Todo para crear una historia que invite a comprar -porque de eso vive la publicidad- o tal vez a soñar, como la última campaña de Camper, Do what you love, en la que los diferentes platós de Ciutat se reconocen fácilmente.