¿Hay que pagar por caminar por la serra de Tramuntana? ¿Hay que pedir un permiso cada vez que se quiera ir de excursión a una de las zonas protegidas de nuestras islas o a una finca pública? ¿Hay que pagar si ya se abona la cuota a una federación de deportes? Existe una nueva legislación sobre estas cuestiones y es precisamente la redacción de esa normativa la que ha llevado a la confusión y al descontento de las distintas federaciones de deportes relacionados con la naturaleza, que entienden que deben pagar por cada día y persona que vaya a disfrutar de actividades al aire libre. Desde el Govern se intenta explicar el embrollo y no se descarta realizar una nueva redacción de la norma para evitar malentendidos. Se asegura que el coste de las autorizaciones es simbólico y una forma de cubrir gastos de gestión por expedir esos permisos.

"Ir de excursión por la montaña es un deporte, porque el senderismo es un deporte reconocido. Si lo quisieran aplicar, lo podrían pedir a todo el mundo que pasea por la Serra de Tramuntana", afirma Francesc Colom, presidente de la Federació Balear de Muntanya i Escalada, en referencia al artículo 343 de la ley de presupuestos de la comunidad autónoma de este año, que establece una "Tasa por la autorización de actividades deportivas en el ámbito de los espacios naturales protegidos y de las fincas públicas". El texto indica que este impuesto será de dos euros por persona en caso de que sea una "actividad deportiva", y de 5 euros por persona en caso de que sea una "prueba deportiva".

Colom es uno de los afectados que se ha reunido con Neus Lliteras, directora general de Medio Natural del Govern, para esclarecer la situación. Ella asegura que las tasas sólo se aplican a competiciones deportivas, no a un simple paseo por la montaña y que para ir de excursión no hace falta solicitar la autorización. "Hay actividades autorizadas, actividades prohibidas y otras autorizables", especifica la directora general, quien además asegura que una misma autorización se puede solicitar para varias personas y para varios días. "La voluntad no es la de recaudar, pero sí cubrir el gasto de tramitar la autorización", añade Lliteras. Sí se debe solicitar ese permiso para realizar barranquismo o escalar, indica.

Tasas por partida doble

Hay lugares en que es evidente el lío legislativo, como en sa Comuna de Bunyola, donde el Ayuntamiento cobra sus propias tasas por practicar deporte o acampar. En este lugar, hacer escalada tiene un coste de 10 euros por persona, por lo que si se organizase una prueba deportiva, los participantes deberían pagar a las dos administraciones por una misma actividad. En este caso, las entidades de Bunyola han conseguido la exención de las tasas locales. Maties Amengual pertenece al Grup Excursionista Bunyola y tampoco está de acuerdo con la normativa autonómica: "Si son fincas del Govern, no deberíamos pagar, porque ya las hemos pagado los contribuyentes. Si son fincas particulares, me parece bien si repercute en sus propietarios".

Pero el problema, según el GOB y los diferentes grupos de excursionismo, y las federaciones, es que ese dinero recaudado no se destina a esos espacios naturales, sino que "va a la caja central". Y es más, quienes son asiduos de la Serra denuncian la falta de conservación y de señalización, que en su opinión es una de las causas de que se produzcan los accidentes en la montaña y que haya que ir a rescatar a excursionistas perdidos. "Queremos que sea un lugar de turismo y no está bien señalizado. Aquí cada ayuntamiento hace lo que quiere. Las empresas que organizan excursiones y actividades por la montaña hacen marcas de pintura... y esto es lo que no queremos. Nos piden dinero por entrar en unos espacios que son públicos y que no tienen una normativa básica, ni un mantenimiento", denuncia Francesc Colom.

¿Y el turismo?

"Quizás cobrar una tasa para realizar actividades relacionadas con la naturaleza no sea la mejor forma de estimular a una parte de turistas que quieren venir a practicar senderismo, barranquismo, bicicleta de montaña... en nuestra Serra. Este tipo de turismo normalmente suele tener un poder adquisitivo medio-alto y no sólo es rentable para las empresas de aventura, sino que también suele dejar ingresos de forma indirecta a hoteles, restaurantes, tiendas ... ¿Qué pasará cuando la información publicitaria de nuestra isla sea que para realizar estas actividades deben pagar unas tasas? ¿Mantendrán Balears como destino de vacaciones?", se pregunta Sergio Martínez, del Grup Excursionista Tramuntana, también federado.

Otro asunto derivado de la nueva normativa es "¿Qué pasará cuando se encuentre a un extranjero haciendo una actividad en la sierra y no haya pedido autorización, ya sea por desconocimiento o porque no ha querido? Si lo multan y paga, ¿crees que volverá a elegir Mallorca como destino de vacaciones? Si no lo multan, qué se ha creado, ¿una tasa sólo para las personas que vivimos en Mallorca? Si es así, el Govern ha creado una situación de desigualdad entre las personas. Porque lo que está claro es que si multan a una persona que vive en Mallorca seguro que lo tendrá que pagar", plantea Martínez.

A estas cuestiones, Neus Lliteras resta importancia, ya que asegura que son "precios muy simbólicos" y que "todos los que quieren hacer senderismo o correr no necesitan ninguna autorización", por lo que descarta repercusiones en el turismo.

Para los deportistas existe otro problema derivado de la nueva legislación autonómica que afecta a las rutas GR221 y GR22, las que discurren por la serra de Tramuntana y parte de la península del Llevant, zonas protegidas, comenta el presidente de la Federació de Muntanya. Con la obligación de pagar una tasa, por simbólica que sea, "estas rutas dejan de ser gratuitas y por lo tanto perderían su homologación internacional", remarca Colom, quien recuerda que la Ruta de la Pedra en Sec fue uno de los elementos destacados por el Consell de Mallorca al presentar la candidatura de la Serra de Tramuntana para ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Y sobre las tasas por realizar pruebas, Sergio Martínez añade que "las personas con licencia federativa están pagando un seguro que cubre tanto el rescate en posibles accidentes, como la atención médica posterior. Por tanto, no producen ningún coste a la Administración. A estas personas, además ahora se les impone una tasa para poder practicar su deporte, sólo porque éste se refiere a la naturaleza. Siempre podremos ir a nadar la playa, por ahora, claro".

Entre los diferentes colectivos de deportistas existen diferencias. Al menos es lo que indica Joan Mas, presidente de la Federació d´Activitats Subaquàtiques. Asegura que su colectivo "se siente muy afectado. No se hacen pagar las mismas tasas a otros", en referencia a que hacer pesca submarina en las reservas marinas resulta más caro que si es pesca recreativa.

No son precisamente los deportistas federados a los que teme el GOB. Al contrario. "El riesgo de que haya una actividad de ocio más agresiva con el medio ambiente parte de la iniciativa comercial, más que de la deportiva", comenta Toni Muñoz, portavoz del grupo ecologista sobre cuestiones de conservación.

Por ello, una de las preocupaciones del GOB es que la revisión del Plan de Ordenación de Recursos Naturales de la Tramunata (PORN) rebaje la protección de la Serra y abra la puerta a particulares que no tengan ese respeto por la naturaleza. "No es lo mismo que haya una competición local de gente de Bunyola que una prueba internacional con 1.500 personas".

Sobre esta cuestión, la directora general de Medio Natural asegura que no será así. "El grado de conservación en ningún caso se modificará, pero es un PORN excesivamente intervencionista que en ocasiones va en contra de la conservación, cuando se trata de cambiar un tejado o una pared que ha caído. A cualquier persona que arregle un marge le tenemos que dar las gracias". Ecologistas y deportistas están a la espera de cambios. "Habrá un proceso de consulta, que no se preocupen", asegura Lliteras.