La jornada del miércoles 10 de febrero de 1943, a causa de un fuerte ataque soviético contra las posiciones alemanas de Krasny Bor en los alrededores del cercado Leningrado, fue para la División Azul, formada por voluntarios españoles, su día más trágico. Se registraron unas 2.500 bajas, encontrándose catorce combatientes de Balears entre sus casi 1.200 muertos, formando parte de una fuerza inicial de cinco mil hombres. En la lista oficial de caídos españoles en dicho combate, cuya mayor virulencia tuvo lugar durante sus primeras 24 horas, ante una abrumadora superioridad enemiga, aparecen los nombres de los catorce militares de Balears caídos en dicho combate. Los muertos mallorquines fueron el teniente médico Andrés Villar Viñas (Mallorca); el alférez Bartolomé Santandreu Cabrices (Artà); los sargentos Manuel Marqués Domínguez (Eivissa), Miquel Jaume Pizá (Consell), Antonio Busquets Seguí (Caimari), Bartolomé Sureda Melendez (Palma) y Nadal Llompart Perelló (Muro); el cabo Onofre Prats Socias y los soldados Ramón Martorell Soberats (Palma) y Matías Muntaner Bibiloni, este último había nacido en Francia, de padres mallorquines, aunque criado en Palma. Los caídos menorquines fueron el cabo Juan Martín Escalado (Alaior) y el soldado Francisco de Miquel Huguet (Maó). La lista se cierra con los ibicencos sargento Marqués Domínguez y soldado José Asenjo Pineda, ambos de Eivissa. Sus sepulturas quedaron esparcidas en el perímetro de Leningrado.

A resultas de las graves heridas recibidas, esencialmente en la cabeza, al ser alcanzado su puesto de mando en las primeras horas de la ofensiva soviética, por un obús ruso en Krasny Bor, cuando dirigía el II Batallón del Regimiento 262 de infantería, falleció el comandante mallorquín José Payeras Alcina, en el hospital Militar de Riga (Letonia), atendido por médicos y personal sanitario español, incluidas varias enfermeras. El comandante Payeras había sido condecorado en la Guerra Civil 1936-39 con la Medalla Militar; por sus méritos en combate demostrados en el cerco de Leningrado había logrado la Cruz de Hierro alemana de 2ª clase el 4 de enero de 1943, la Cruz de Hierro de 1ª clase le fue concedida días antes del 7 de abril de aquél mismo año, fecha de su muerte. Quedó enterrado en un cementerio de la capital lituana.

La División Azul, la 250 en el Ejército alemán, tenía unos efectivos que rondaban los 17.200 efectivos humanos, si bien por los diversos contingentes que se fueron relevando, entre mediados 1941, año que se constituyó, y octubre de 1943, pasaron unos 47.000 españoles. A nivel oficial se dieron las siguientes cifras de bajas: 4.500 muertos, 8.000 heridos, 7.800 enfermos y 1.600 congelaciones, respecto a este último dato hay que indicar que las temperaturas invernales que tuvieron que soportar los divisionarios españoles, con equipos insuficientes para afrontarlas, llegaron hasta casi los 50 grados centígrados bajo cero. En la cifra de bajas mortales de la División se encontraban 56 muertos de Balears. Los rusos hicieron un total de 400 prisioneros entre los divisionarios, en sus posiciones del Frente Norte, cuyo objetivo para los alemanes era conquistar Leningrado, algo que no pudieron realizar. Entre dichos prisioneros españoles se encontraban cuatro de Balears, el brigada Adrià Amorós, el sargento manacorí Andreu Alcover Sanseloni y el soldado Enrique Giner Sanahuja, los dos últimos palmesanos, si bien el sargento Bartolomé Oliver Ramis, de Binissalem, falleció durante su cautiverio ruso. Los cuatro fueron apresados el 10 de febrero de 1943, durante el ataque soviético.

Operación estrella polar

El mando ruso, envalentonado por su reciente y aplastante victoria sobre lo que quedaba del VI Ejército alemán en Stalingrado, se decidió a aplastar el dispositivo del 16 Ejército germano, desplegado alrededor de la antigua capital de los zares, y seguir hasta alcanzar las fronteras del Báltico, bajo dominio nazi. Se trataba de una operación de envergadura, bautizada por el mando ruso como Operación Estrella Polar, a desencadenar al amanecer del 10 de febrero de 1943, con una preparación previa en la que iban a participar mil piezas de artillería, tanto de campaña como pesadas. Un ataque con el que se quería llevarse por delante la línea de trincheras defendidas por la División Azul, reforzadas ante una supuesta ofensiva soviética, a iniciar sobre Krasny Bor, según preveía el general Philip Kleffel, al mando del L Cuerpo de Ejército germano, bajo cuyas órdenes estaba el general español Emilio Esteban-Infantes, el cual había sustituido en el mando de la División Azul al general Agustín Muñoz Grandes, su primer jefe, cuyo relevo se realizó oficialmente el 25 de diciembre de 1942. Ante la dureza del terreno, con temperaturas de 30 grados centígrados bajo cero, se optó por aumentar los campos de minas, a la vez que se ampliaban las zonas de alambradas. Otra medida fue echar mano de todas las unidades disponibles. Se intentó aumentar el poder artillero divisionario, aunque este era reducido. Ante el supuesto ataque en masa de infantería y unidades acorazadas enemigas, los artilleros recibieron la orden de estar preparados para disparar sus piezas en tiro directo, de cara a frenar la embestida. En cuanto al material que contaban los divisionarios no era para echar las campanas al vuelo, especialmente en lo que se refería a los cañones contra carros, la mayoría de 37 mm., y no eran tantos, por lo que parte de los blindados contrarios destruidos lo fueron por ataques casi suicidas de divisionarios, a base de minas y cócteles Molotov.

El ataque soviético se inició a las 6:45 del citado 10 de febrero. Media hora más tarde, al terrible ataque artillero se unió la aviación. Unos 30 bombardeos, acompañados por una veintena de cazas, la mitad de la fuerza aérea puesta a disposición de la Operación Estrella Polar, iniciaron su ataque sobre las posiciones españolas. Sobre las 7:45 cesaron los bombardeos, cogiendo el protagonismo la infantería, seguida de carros de combate de varios modelos, entre los que no faltaban los temidos T-34. Aunque los efectos de los obuses y las bombas sobre las defensas españolas habían producido sus estragos, empezando a ser las bajas numerosas, entre las que se contaban numerosos oficiales, los sobrevivientes no dejaban de causar daños al enemigo.

El I batallón del regimiento 262, bajo mando del comandante Mariano Rubio de Castro, en donde no faltaban combatientes de Balears, como el capitán mallorquín Guillermo Nadal Simó, herido grave al frente de la 1ª compañía de zapadores 250, había recibido un fuerte castigo, nada más iniciarse el violento ataque inicial. Ante tal contundencia bélica enemiga, el comandante José Payeras Alcina se preparaba para lo peor, y no se equivocó. Su batallón fue embestido por la 63 División de Guardias, ya que ocupaba un lugar clave en la ofensiva soviética, pues controlaba el camino hacia el Sur y hacia el Este, objetivo de la embestida soviética. Mientras los artilleros españoles, disparando a cero, intentaban frenar las oleadas enemigas que se les echaban encima, las bajas propias continuaban aumentando. Al quedar fuera de combate el comandante Payeras, los supervivientes de su batallón no tuvieron más remedio que replegarse a posiciones más sólidas, dejando en el campo de batalla a otro de sus oficiales mallorquines, el alférez Bartolomé Santandreu Cabrices, jefe de sección de la 5ª compañía del 262 batallón. Y mientras, la aviación alemana seguía sin aparecer. Ante la tremenda tormenta de fuego que reciben sus fuerzas, resistiendo tan heroicamente, vendiendo muy caro cada palmo de terreno que defienden ante un enemigo diez veces mayor y desplegando unos medios materiales tremendos, el general Esteban-Infantes pide con desespero apoyo alemán.

Lucha desesperada

Desde el inicio de la Operación Estrella Polar, mientras se desata el ataque artillero enemigo sobre las posiciones de la División Azul, el oficial de información de su Estado Mayor, el capitán José Alemany Vich, de Palma, -el cual sobrevivirá a la batalla de Krasny Bor, aunque moría el 18 de julio de 1943, ya ascendido a comandante-, realizó reconocimientos sobre el terreno e interrogatorios a prisioneros. Sobre el mediodía, los informes que llegan al general español son muy pesimistas, en muchas posiciones ya se lucha a la desesperada, con un aumento progresivo de las bajas propias, con un elevado número de muertos. Durante la tarde empiezan a moverse refuerzos de socorro alemanes, iniciando su intervención sobre las unidades rusas atacantes los 'Stukas' germanos, cazas en picado, mientras que unidades de artillería de grueso calibre montadas sobre ferrocarril comenzaron un devastador contraataque cañoneando a destajo a los contingentes soviéticos. Acciones que dieron un giro a la situación, finalizando la sangrienta jornada, aunque los españoles tuvieron que retrasar sus líneas en unos cuatro kilómetros. La resistencia española costó a los atacantes más de diez mil bajas, con un altísimo numero de muertos. Si bien, ya con posiciones tan consolidadas como reforzadas, los combates continuaron, con varias intermitencias, hasta el 24 de febrero, aunque el último ataque sobre las posiciones de la División Azul se produjo seis días antes. En la mañana del 11 de febrero, a pesar de que la ofensiva rusa continuaba, en el Cuartel General del general Esteban-Infantes empezaba a apreciarse que la Operación Estrella Polar iba al fracaso, como sucedió, aunque el mando soviético la quiso olvidar rápidamente, ya que fue una derrota.

La resistencia de los divisionarios españoles en Krasny Bor contó con la presencia de unas cuantas decenas de combatientes de Balears, entre los heridos se encontraban el teniente Antonio Balle Pérez, el pintor Miguel Rivera Bagur (Alcúdia), el cabo Pedro Femenias Morro y los soldados Cayetano Meca Andreu, Rafel Barceló Massanet, Tomás Pujol Serra y Miguel Roig Colom.

Entre los que aparecen en el contingente mallorquín que luchó en dicho combate y que salió con vida del mismo, aparecen los sargentos Miquel Servera Pascual y Andrés Alcover Sansaloni, los cabos Francisco Font Cantallops, Francisco Picó Picó, y Gabriel Bover, o los soldados Miguel Puigserver Martí, Miquel Vallespir Ordinas, Juan Amengual Amengual, Francisco Martínez Bonet, Lorenzo Riera Llull, Antonio Roselló Burguera, Bernardo Sureda Bestard, Martín Gelabert Fullana, Tomás Pujol Serra, Pedro Colombás Llull, Bartolomé Vila Vich, Bartolomé Sancho Sureda y Pedro Picornell Culebrón. Los cabos Manuel Caldés Menéndez, Teodoro Fernández Quevedo y el soldado Fernando Fraga Costa procedían de Menorca. Por parte ibicenca lucharon soldados como Juan Torres Tur, Juan Juan Marí o Juan Zoe Cardona.

Respecto a los divisionarios de Balears que fueron mencionados por su comportamiento heroico ante el enemigo en Krasny Bor, estos fueron: el comandante José Payeras Alcina; el capitán Guillermo Nadal Simó; los tenientes Emilio Martínez Burges y Antonio Balle Pérez; los sargentos Luis Vázquez Saa, Emiliano López Moreno, Enrique Fernández Adán, José García Martínez, Juan Cantallops Sastre y Nadal Llompart Perelló; los cabos Antonio Grimalt Salom y Juan Juan Marí, junto a los soldados Juan Torres Tur y Pedro Bosch Escribano.