Al menos 17 personas murieron ayer en sendos atentados perpetrados en el interior del "triángulo suní", la zona más violenta de Irak y la que más dudas alberga sobre la posibilidad de que en ella se puedan celebrar las elecciones.

A primera hora de la mañana, hombres armados a bordo de varios vehículos tirotearon un puesto de radio en la carretera que une las localidades de Buhraz y Baquba, a unos 65 kilómetros al norte de Bagdad. Siete guardias de seguridad iraquíes perdieron la vida en el acto y tres más fallecieron en el hospital, informaron fuentes policiales.

Casi al mismo tiempo, un suicida al volante de un coche bomba hacía explotar la carga frente a una comisaría de la localidad septentrional iraquí de Baiji. Según un portavoz de la Policía local, al menos siete agentes perdieron la vida en el atentado, perpetrado en el centro de la ciudad, y más de 20 resultaron heridos.

El suicida hizo estallar el vehículo cuando los agentes hacían cola en el inmueble para cobrar su salario mensual, añadió el portavoz.

El portavoz ministerial, coronel Saleh al-Sarhan, explicó que ambos automóviles habían sido colocados junto a un complejo de tres edificios que acogen varias sede ministeriales y oficinas vitales del Gobierno interino iraquí.

Fuentes policiales informaron, asimismo, del asesinato a tiros de dos funcionarios del Gobierno interino iraquí en la ciudad de Kut, cuando viajaban en dirección a esta localidad, a unos 150 kilómetros al sur de Bagdad. El domingo, el hijo de un asesor del gran ayatolá Ali al Sistani, fue tiroteado en el sur del país.

Secuestrado un obispo

El obispo caldeo (católico) Basile Georges Casmoussa, de 67 años, fue secuestrado ayer cuando salía de una casa en su diócesis de Mosul (norte de Irak) donde había acudido en visita pastoral, confirmó el patriarca caldeo, Emmanuele III Karim Delly.

Delly, en declaraciones a la agencia católica Misna, agregó que el prelado fue detenido y obligado a subir a un automóvil, que se dirigió hacia un lugar desconocido.

El patriarca de la Iglesia Caldea (católica) manifestó que ellos fueron los que avisaron al Vaticano del secuestro de Casmoussa y que desde entonces están haciendo todo lo posible para localizarlo.

"Esperemos que logremos salvarlo", precisó el patriarca, quien señaló que este nuevo acto de violencia no es sólo contra católicos, ya que en los últimos días han sido secuestrados en la zona dirigentes musulmanes y representantes de la autoridad civil.

De todas formas es un nuevo acto contra los católicos, que se une a los atentados contra iglesias católicas ocurridos el pasado verano en Mosul y Bagdad.