La plantilla del Valencia, encabezada por su presidente, Juan Bautista Soler, miembros de la directiva y su técnico, el italiano Claudio Ranieri, acompañaron ayer a Marco Caneira en el funeral de su hija María, de ocho meses.

La hija del futbolista falleció víctima del síndrome de muerte súbita de lactante, después de entrar en un hospital valenciano "con una parada cardiorrespiratoria con ausencia de movimientos respiratorios, pulso y latido cardíaco".

La plantilla valenciana bajó del autobús, que le trasladó desde el aeropuerto de Lisboa, con los jugadores vestidos con el traje oficial. Sin hablar, llegaron a la iglesia de Negrais con el gesto serio y tuvieron que permanecer a las puertas, pues la capilla estaba repleta.