Uno de cada tres alumnos de la Universitat ha practicado al menos una vez relaciones sexuales de riesgo, sin usar método anticonceptivo ni de protección alguno.

Así lo recoge un estudio elaborado en la UIB e incluido en la tesis Contracepción hormonal de urgencia desde el punto de vista de la salud pública, defendida el pasado septiembre por la profesora de Enfermería Maria de Lluc

Para este artículo, Bauzà y el resto de autores entrevistaron a más de 1.300 estudiantes de la UIB (chicos y chicas) y vieron que el 40% había recurrido en algún momento de su vida a la píldora del día después (un tercio de estos, la había usado dos veces).

Para Bauzà el dato de uso de la píldora del día después y el hecho de que la mayoría de las veces se hubieran acudido a ella por haberse roto el preservativo (según aseguró el 70% de los encuestados) demuestra que "se está utilizando bien: no como un método anticonceptivo sino como un método de urgencia". La profesora constata que el uso "es alto" y lo achaca al hecho de que las mujeres universitarias están "informadas y empoderadas" y "saben dónde ir si tienen algún problema".

¿Por qué recurrieron a la anticoncepción de emergencia? La mayoría por rotura del condón, aunque un 42% señaló que no había usado método anticonceptivo. En un 14% de los casos se relacionó con el consumo de alcohol, ya que al haberse emborrachado las chicas explicaban que se habían olvidado de tomar la píldora anticonceptiva o habían vomitado.

Los investigadores hicieron una radiografía de los hábitos de riesgo, con una visión de género. En general, señala Bauzà, "el consumo de tóxicos y alcohol es bajo y la población universitaria no tienen muchos hábitos de riesgo". Según el artículo, un 26% son bebedores de riesgo, indicador más alto entre los chicos. También el consumo de cannabis (por parte de un 17%) es más alto entre los varones, así como el de tabaco. El 20% del alumnado de la UIB fuma -un porcentaje "bajo" según Bauzà- y en este caso ellos fuman más, pero ellas empiezan antes.

Sobre los hábitos sexuales, siete de cada diez universitarios perdió la virginidad después de los 16 años; seis de cada diez tienen una relación coital al menos una vez a la semana y un 10% ha tenido más de diez parejas sexuales."Hablamos de alumnos de una media de 20 años", recuerda Bauzà. Según su investigación, la incidencia de embarazo es del 6,5% y un 3% ha abortado de forma voluntaria.

Al analizar las variables relacionadas con el uso de la píldora del día después, los autores del artículo han visto que entre ellas el consumo de drogas y el inicio precoz a las relaciones sexuales (antes de los 16 años) propicia que recurran más a este recurso. Entre los chicos sube la incidencia entre los que consumen drogas y los que practican sexo con más frecuencia.

Además de este artículo sobre la población universitaria, la tesis de Bauzà incluye dos más: uno sobre el perfil de las mujeres españolas que han usado la píldora del día después y otro cualitativo, con entrevistas a mujeres de 15 a 25 años.

Con las entrevistas, observó que todas conocían el recurso de emergencia; que las más jóvenes (las adolescentes) vinculaban sexo con amor y amistad y los ideales románticos mientras las veinteañeras lo asociaban al placer. La mayoría decían estar a favor del derecho al aborto, pero indicaban que suponía "una gran carga social y emocional" y que solo interrumpirían su embarazo por una enfermedad genética grave del niño o si no pudieran mantenerlo.

Tras la primera relación

Algunas dijeron haber tomado la píldora tras la primera relación sexual "por no haberse puesto bien el preservativo" y en algunos casos "por no haber usado". También hubo quien la tomó por "sobreprotección" ya que habían mantenido relaciones "estando borrachas" o bajo los efectos del cannabis y "no estaban seguras" de haber tomado precauciones.

Bauzà observó que son ellas las que deciden si van a pedirla, que "hacen pagar a su pareja la mitad" y que su principal inquietud es un embarazo no deseado: las enfermedades de transmisión sexual no parecen preocuparles tanto.

"Hay profesionales que dan mensajes moralistas"

En las entrevistas realizadas como parte de su tesis, Maria de Lluc Bauzà vio que la mayoría de mujeres tenían creencias erróneas sobre la píldora del día después, como que acarrea "multitud" de efectos secundarios o que es abortiva, "cuando no es verdad". Sí sabían que se ha de tomar en las primeras 72 horas y que pueden pedirla en el centro de salud o comprarla en la farmacia. La investigadora señala que detectaron que hay profesionales que "dan mensajes moralistas" a las chicas que acuden a por ella. Una mujer les explicó que en la farmacia le dijeron: "Tendría que ser lo que Dios quiera". La profesora cree necesario realizar investigaciones sobre los profesionales y la dispensación de este recurso de emergencia. Están en contacto con la dirección general de Salud Pública para lanzar acciones informativas con visión de género y que transmitan mensajes clarificadores contra los mitos que aún subsisten sobre esta píldora. Además, Bauzà quiere analizar la relación entre el uso de este recurso y las enfermedades de transmisión sexual: "¿Ha habido una relajación?".