Las dos principales organizaciones agrarias de Balears, Asaja y Unió de Pagesos, admiten que las intenciones de recortar ayudas por parte de Bruselas es una "muy mala noticia". El gerente de Asaja-Balears, Joan Simonet, abogó por "una buena negociación por parte del Govern con el ministerio de Agricultura y evite que Balears salga perjudicada".

Simonet apostó por el hecho diferencial de la insularidad y pidió diálogo: "El conseller Vicenç Vidal, cuando acuda a negociar a Madrid, debe entender que no está negociando con otro partido, está negociando con el Ministerio y debe ir con actitud constructiva para conseguir lo mejor para las islas". El gerente de Asaja recordó que hace unos años se congelaron los fondos europeos y las islas salieron beneficiadas: "Debemos conseguir dar la vuelta al problema y jugar la baza de la insularidad, ya que no se puede comparar la actividad agrícola de una isla como Mallorca a la del resto del continente europeo".

Además de la negociación entre los estados miembros de la Unión Europea, después se abrirá otra negociación entre todas las comunidades autónomas y es donde las organizaciones agrarias reclaman que se haga valer la condición de insularidad.

Joan Mas, miembro de la permanente de Unió de Pagesos, consideró que "en Madrid y en Bruselas deben tener en cuenta que nuestra agricultura no solo tiene la función de producir alimentos, tiene la finalidad de mantener el paisaje. Por ello, quien debe asumir el recorte en las ayudas deben ser las grandes industrias agroalimentarias, no las explotaciones pequeñas y medianas que tenemos en Mallorca".

Por su parte, Joan Simonet, también se mostró esperanzado de que este anuncio de la Unión Europea pueda tener mínima incidencia: "Nuestra producción y nuestro volumen de ayudas es muy pequeño y prácticamente no afecta al conjunto del Estado. Por este motivo hay que confiar en que el recorte sea mínimo para nuestros agricultores".

Las organizaciones agrarias recuerdan que años tras año el número de payeses y ganaderos disminuye en las islas. Por este motivo creen que las altas instituciones lo tendrán en cuenta a la hora de aplicar recortes. En 2014 las ayudas eran de casi 29 millones anuales, ahora 27.