Varios testigos propuestos por el abogado José Ignacio Herrero confirmaron ayer la coartada que defendió el ciudadano rumano que está acusado de perseguir a uno de los testigos protegidos del caso Cursach. Se trata del excamarero de Tito's. El acusado está en prisión desde el mes de octubre después de que, supuestamente, hubiera infringido la orden que le impedía acercarse al testigo. Fue detenido por la Policía cuando se encontraba a una distancia muy próxima al denunciante.

Adrian, el acusado, sostuvo el martes que ese día acudió al Polígono de Son Castelló a comprar material y que no sabía que el denunciante estaba en esa zona. Esta versión fue ayer ratificada por varias personas. Primero por su jefe, que detalló que era habitual que el acusado acudiera a esta empresa que le suministra material para montaje de cocinas, si bien no recordaba con exactitud si el día de la detención se le había ordenado expresamente que fuera a este mayorista. Sin embargo, un empleado de dicho comercio ratificó la coartada del acusado. Dijo que por la mañana, la jefa de Adrian había enviado un mensaje solicitando unas puertas de cocina. Y recordó que el acusado, sobre las nueve de la mañana, acudió al comercio a recoger dicho material, siendo minutos más tarde detenido por la Policía.

La jueza también escuchó la declaración de la exnovia del acusado. Se trata de una mujer de nacionalidad rumana que es la hermana de otro acusado que fue condenado hace unos meses por agredir al excamarero de Tito's en el garaje de su casa. La mujer denunció que el testigo, al enterarse que salía con Adrian, comenzó a acosarles, a vigilarles y a perseguirles. Contó que trabajaba de camarera en un hotel del Paseo Mallorca y que el testigo solía llamar para quejarse de ella para conseguir que la despidieran. Estas quejas se repitieron en varias ocasiones. Estos hechos fueron después ratificados por una compañera de trabajo de esta mujer.

Visto para sentencia

Tras dos intensas jornadas de juicio, el caso quedó ayer visto para sentencia. El fiscal Miguel Ángel Subirán mantiene su propuesta de que al acusado se le condene a una pena de tres años de prisión y relacionó el acoso que ha venido sufriendo el testigo con su condición de colaborador de la investigación del caso Cursach.

El abogado defensor, en cambio, mantiene que en realidad es el denunciante el que acosa a su cliente. El letrado Herrero incidió en que varios testigos habían confirmado la versión de su cliente y demostraban que el día que fue detenido no estaba siguiendo al testigo, como afirma el fiscal.