Versiones contradictorias en un nuevo juicio derivado del caso Cursach, en el que sienta en el banquillo a un ciudadano rumano, Adrian V., que ahora está preso, al que se acusa de haber coaccionado a uno de los testigos claves de la investigación. El denunciante es un excamarero de Tito's, el mismo que desveló las fiestas sexuales que, supuestamente, se organizaban en la discoteca para policías locales de Palma. El testigo afirma que este extranjero le estuvo siguiendo y coaccionando para que cambiara de declaración y dijera que había sido coaccionado por el juez y el fiscal. Se da la circunstancia que el acusado, en su momento, también confirmó que se celebraban dichas fiestas, si bien después rectificó, situación que los investigadores interpretaron que había sido indemnizado desde el entorno de Cursach para cambiar de versión. El acusado, que identificó a los policías en presencia de su entonces abogada y del secretario judicial, confesó ayer que había mentido y que lo había hecho presionado por el testigo protegido número 29. Para dar validez a esta versión, a petición de su abogado José Ignacio Herrero, mostró unas fotografías guardadas en su teléfono móvil, en las que aparece una especie de guión, escrito a máquina, en el que se le habría indicado a los policías que debía identificar y relacionarlos con las orgías sexuales.

El acusado fue detenido hace unos meses, e ingresado en prisión, por incumplir una orden que le impedía comunicar o acercarse al testigo protegido. Fue sorprendido en el Polígono de Son Castelló, donde se encontraba el testigo interesándose por un coche. Adrian asegura que no es cierto que persiguiera al denunciante, sino que su presencia en el Polígono se debía a que había acudido a un comercio donde le proporcionan piezas de su profesión, que es la de montador de muebles de cocina.

El ciudadano rumano, cuyo interrogatorio se prolongó durante más de cinco horas, aseguró al fiscal Miguel Ángel Subirán que, en realidad, él era víctima del acoso del testigo protegido, que "está obsesionado conmigo". Contó que antes de que se presentaran estas denuncias, él le ofreció al denunciante una habitación para que viviera en su casa. Aseguró que el enfrentamiento que tiene con esta persona no tiene nada que ver con su condición de testigo del caso Cursach, si bien reconoció que tenía relación,por ser compatriotas suyos, con los otros dos rumanos que fueron condenados por agredir al excamarero de Tito's.

Teléfono

Previo a la celebración del juicio, el grupo de Blanqueo de la Policía entregó al juzgado un informe sobre el análisis del contenido del teléfono móvil del acusado, que le fue intervenido tras su detención. Se han analizado las imágenes, los vídeos y los mensajes que recibió el acusado, muchos de ellos supuestamente relacionados con los hechos que se juzgan. Entre los vídeos aparece una grabación que realiza Adrian con su teléfono, que recoge el momento en el que el testigo pasa cerca de él en su vehículo. El fiscal entiende que este vídeo demostraría el seguimiento y el acoso que estaría sometiendo el acusado al denunciante. Sin embargo, el acusado lo interpreta en el sentido contrario, es decir, que el testigo le estaría persiguiendo al pasar con su vehículo cerca del domicilio donde vive y que por ello lo grabó.

Sobre los mensajes que recibió desde distintos teléfonos, pero prácticamente con el mismo texto, en el que se interpreta que le están recriminando que no haya terminado con el denunciante, el acusado afirmó que "estaba seguro" que estos mensajes los escribió el testigo protegido, a pesar de que algunas de las líneas telefónicas fueron contratadas por otros compatriotas implicados en hechos similares. Aseguró que el denunciante utilizó la identidad de otro de los rumanos investigados para comprar una tarjeta telefónica prepago y enviarle estos mensajes desde el teléfono.

El juicio continúa esta mañana. El excamarero de Tito's, que declarará como perjudicado, ha declarado que el acusado le realizó una oferta económica para que cambiara de versión y, al rechazarla, ha venido siendo perseguido y coaccionado.

Por otra parte, directivos y empleados de las discotecas del Grupo Cursach, Tito's y BCM ,han participado en talleres específicos para prevenir la violencia sexual en el ocio nocturno, según explicó la empresa a través de una nota.