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Sanidad

Operaciones de tiroides sin dejar cicatrices en el cuello

El hospital de Son Llàtzer ha hecho la primera intervención mínimamente invasiva de esta glándula que se hace en las islas

De izquierda a derecha, el equipo quirúrgico formado por la enfermera Reyes Picazo, el doctor Cifuentes, jefe del servicio de Cirugía, el doctor Salvador Pascual y el doctor Xavier Julián. HSLL

El hospital de Son Llàtzer completó con éxito el pasado lunes la primera cirugía endoscópica (mínimamente invasiva) de tiroides que se hace en un quirófano público de las islas. Esta intervención abre una nueva perspectiva de tratamiento para la patología de glándula tiroides y paratiroides, que se da más frecuentemente en el género femenino, sin dejar como secuela una visible y poco estética cicatriz en la parte frontal del cuello.

El cirujano Salvador Pascual, coordinador de la unidad de cirugía endocrina y metabólica del hospital de Migjorn, que participó en la primera operación de este tipo junto al jefe del servicio de cirugía general, el doctor J. Andrés Cifuentes, el doctor Xavier Julián y la enfermera Reyes Picazo, explica las peculiaridades de esta técnica que, revela, cada vez es más demandada por las pacientes con patologías tiroideas.

"Este tipo de intervención no se puede hacer con todos los pacientes con problemas de tiroides sino tan solo para aquellos nódulos de menos de 4 centímetros de tamaño ya que con dimensiones superiores no se podría extraer la parte intevenida por las vías que usamos para operar", matiza el doctor Salvador Pascual.

Aunque es posible, de momento estas intervenciones se realizarán únicamente sobre un lado del tiroides (esta glándula endocrina situada en la base del cuello, en su parte frontal, tiene forma de mariposa. Para explicarlo gráficamente, esta cirugía endoscópica se realizará inicialmente solo por uno de los lados, se intervendrá solo una de las "alas" de la mariposa).

Extirpación total, aún no

Asimismo, la tiroides tiene dos nódulos de glándulas paratiroides a cada lado en los que se pueden formar adenomas que también son tributarios de ser intervenidos con esta técnica minímamente invasiva aunque, al igual que en el caso anterior, solo por uno de sus lados cada vez. "La extirpación total, aunque es posible, en Son Llàtzer todavía no se ha hecho", subraya el cirujano.

Para la intervención se utilizan tres vías. Por la primera, en la axila tras realizarse una incisión de un centímetro, se introduce una minicámara. Justo al lado, en la misma axila, se practica otra de la mitad de tamaño, de 5 milímetros, por la que ya se introduce el material para intervenir. Y en la areola del pecho del lado operado se hace la tercera y última incisión, del mismo tamaño que la anterior que también se utilizará para la actividad quirúrgica.

"La minicámara nos proporciona la imagen de la zona a operar que vemos en un monitor grande de 4 k, de alta calidad, instalado en el quirófano. A través de estas vías insuflamos dióxido de carbono (CO2) para separar el músculo de la piel y practicar un túnel que llegue hasta el tiroides y que nos permita intervenir con holgura", explica el cirujano.

Una vez allí, se extirpa el ala de tiroides enferma o la glándula paratiroides afectada, que se extrae finalmente por la vía abierta para introducir la minicámara una vez retirada la misma, claro está. "Sacamos la pieza mediante unas pinzas que llevan una bolsita en la que se extrae la parte intervenida", añade el cirujano.

Ventajas

En cuanto a las ventajas de esta cirugía endoscópica, el doctor Pascual señala en primer lugar que ofrece la misma seguridad que las intervenciones abiertas. "Además, provoca menos dolor postoperatorio y reduce la estancia hospitalaria a casi la mitad. Una persona intervenida de forma abierta recibe el alta a los dos días de la operación mientras que con esta técnica se va a su casa al día siguiente", diferencia el doctor Pascual.

Preguntado sobre cuántas intervenciones de este tipo podrían llegar a realizar cada año, el especialista calcula que si hacen entre 90 y 100 cirugías de tiroides anualmente, podrían operar con esta técnica a unos 20 pacientes cada ejercicio.

"Tan solo un 20% de los pacientes tendrían indicación para esta técnica. Los nódulos tiroideos (crecimiento anormal de las células tiroideas formando un tumor dentro de la glándula endocrina) suelen ser muy grandes, de unos 8 centímetros, como para poder extraerlos por esta vía. Tan solo cuando este nódulo esté en fase muy precoz, en estadio 1, de un tamaño de entre 1 y 2 centímetros, se podría operar de esta manera", concluye el cirujano, que vuelve a recordar que cada vez más pacientes femeninas le preguntan sobre la posibilidad de operarse mediante esta técnica que evita irse a casa con una cicatriz de hasta 7 centímetros en el cuello.

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