"Los primeros meses de este año han sido malísimos para el comercio mallorquín, la peor entrada en un ejercicio en mucho tiempo". La afirmación la mantienen el portavoz de la patronal Afedeco para Palma y el presidente de Pimeco, Pedro Mesquida y Toni Fuster respectivamente. Y una de las causas fundamentales que se señalan para explicar este descenso en la facturación es la notable caída detectada en la clientela relacionada con el alquiler turístico, ante las fuertes restricciones aplicadas por el Govern. Un fenómeno que alcanza igualmente, según reconocen sus representantes, a restaurantes, bares, supermercados y grandes superficies.

Porque también el presidente de la asociación mallorquina de restauración, Alfonso Robledo, ha detectado este problema. El miedo a las fuertes sanciones que se han comenzado a aplicar desde el Ejecutivo autonómico está haciendo que muchos propietarios estén desistiendo, al menos por ahora, de ofertar sus inmuebles para el alquiler vacacional. El resultado está siendo un fuerte descenso en este tipo de turistas y, consecuentemente, en los ingresos que esta actividad suponía para muchos negocios de los citados sectores.

Los presidentes de las tres patronales antes señaladas coinciden en un punto: regular y controlar el alquiler turístico, para garantizar unos niveles mínimos de calidad, es positivo. Pero en su opinión, lo que el Ejecutivo balear ha hecho no es controlar sino estrangular esta actividad. Además, se recuerda que el ayuntamiento de Palma no ha realizado todavía la zonificación para poder desarrollarla, agravando esta presión contra la vivienda vacacional.

El resultado es que "basta pasear por la calle para ver que el número de personas que arrastran maletas es mínimo si se compara con el del pasado año", según apunta Pedro Mesquida, como reflejo de la caída de los alquileres turísticos por miedo a las multas.

El presidente de los restauradores suma otro dato facilitado hace pocos días por el Instituto Nacional de Estadística: la llegada de visitantes extranjeros al archipiélago se redujo un 6,4% durante el pasado mes de febrero, dato que achaca en buena medida a ese recorte del turismo residencial.

Perjuicio muy repartido

Alfonso Robledo añade otro ejemplo para valorar el impacto que ese "estrangulamiento" está teniendo: entre los turistas que han impulsado el consumo de forma más acentuada, el presidente de la patronal de restauración señala a los clientes de los hoteles boutique y a los que se alojan en viviendas de alquiler, con la diferencia de que "los primeros están concentrados en el centro de Palma, mientras que los segundos se repartían por todas las barriadas y zonas costeras, haciendo que la riqueza que generaban estuviera más repartida". La caída de estos últimos hace que sean muchos los negocios perjudicados, subraya.

A ello suma la pérdida de ingresos que está provocando para muchas familias, que mejoraban su situación económica por esa vía.

Representantes de las cadenas de alimentación y de las grandes superficies se suman a la hora de hablar de una pérdida de clientela debido al recorte que se ha registrado en la llegada de visitantes que optan por alojarse en viviendas de alquiler, especialmente en algunas zonas, como el centro de Palma.

En concreto, confirman una bajada en la clientela, más apreciable en el ámbito de la alimentación. En cualquier caso, no se oculta que se trata de un descenso "que ya habíamos previsto", a la vista de las duras sanciones fijadas por el Govern.