Embrollo en Santa Maria. Una familia se niega a abandonar la casa en la que ha vivido de alquiler del inmueble. "Nos quedaremos de 'okupas' hasta que demuestre ser el titular", argumenta Bernat Pelufo.

Él, su esposa y sus dos hijos, mayores de edad, recibirán la próxima semana una orden de desahucio porque su contrato de alquiler expiró este jueves y el supuesto dueño les comunicó hace un mes su negativa a renovarlo. "La casa pertenecía a su tatarabuela. Él no aceptó la herencia y por tanto nos ha estado cobrando un alquiler ilegítimamente", destaca Pelufo.

El inquilino, que cobra una paga por incapacidad, esgrime un documento del registro de la propiedad en el que consta que, efectivamente, el inmueble no tiene titular. Papel mojado, según la abogada del teórico propietario. "No aparece porque inscribir propiedades en el registro es voluntario", subraya Isabel Alemany.

"Mi cliente heredó la casa de su abuelo. Y la aceptación de la herencia es tácita solo por el hecho de firmar un contrato de alquiler y cobrar una renta mensual", añadió la letrada.

Pelufo y su familia, asesorados por la plataforma Stop Desnonaments, están convencidos de que les asiste la razón. Y amplían la lista de reproches contra su ya excasero. "El inmueble estaba destrozado y lo hemos ido arreglando con los años de nuestro bolsillo. Había un escape de agua en el techo de la coladuría y por culpa de la humedad hemos tenido que cambiar tres veces de lavadora. Nos habremos gastado más de 2.500 euros. Pero da igual, no nos iremos aunque nos lo pagara", afirmó rotundo Pelufo.

Habitan una planta baja en un edificio que pertenece, íntegramente, a la misma familia. Los otros pisos son de hermanos y familiares del casero. "Llevan años sin pagar el IBI, el agua, las basuras... Por lo que sabemos deben al menos 150.000 euros a las administraciones", indicó el inquilino, que ha puesto en conocimiento de Hacienda sus sospechas.

La familia pagaba 520 euros de alquiler. Según aseguraron, inicialmente su casero les ofreció prolongar el contrato subiéndoles la renta hasta los 610 euros. "Es un ejemplo de desahucio silencioso. Exigimos una renovación con condiciones justas para la familia, indicó Joan Segura, de Stop Desnonaments.

Alemany, por su parte, lo tiene claro."El lunes pondremos una demanda de desahucio. Mi cliente es el titular del inmueble. Siento que se vean en dificultades para encontrar otra casa a un precio asequible, pero no tienen razón", destacó la abogada.

Pese a que a día de hoy la brecha entre casero e inquilinos parece insalvable, Pelufo confía en que finalmente la situación pueda reconducirse: "Si demuestra ser el propietario legítimo y arregla todas las anomalías de la casa, renovaremos".

El futuro de la familia es incierto, con unos ingresos muy cortos y una orden de desahucio a la vuelta de la esquina.