El Consell de Mallorca no acatará las directrices del Govern, que a través de la Comisión Balear de Medio Ambiente, le instó a elevar la parcela mínima para construir en suelo rústico, que ahora en Mallorca está fijada en 14.000 metros cuadrados. Este mandato lo lanzó el Ejecutivo balear en un contundente informe de alcance de la Comisión Balear de Medio Ambiente (CBMA) sobre el Estudio Ambiental Estratégico del Plan Territorial de Mallorca (PTM) que está impulsado el Consell. Medio Ambiente alegaba que elevando la parcela mínima se evitaría la urbanización del suelo rústico y lo que denomina la "terciarización" del campo, es decir, la construcción con fines turísticos y de servicios en pleno campo, tal y como adelantó este periódico el pasado día 12 de marzo.

La consellera insular de Territorio, la socialista Mercedes Garrido, se mostró contundente al asegurar: "No ampliaremos la parcela mínima y así se lo notificaremos a la Comisión Balear de Medio Ambiente". Garrido añadió: "Si ello implica que no nos aprueban la evaluación ambiental del Plan Territorial, lo aceptaremos y la parcela mínima para construir en suelo continuará en 14.000 metros cuadrados".

El presidente de la Comisión Balear de Medio Ambiente, el nacionalista de Més Antoni Alorda, explicó en su momento a este periódico que "en el documento de alcance lo que le pedimos al Consell es que nos argumente, razone y estudie esta posibilidad de tomar alguna medida para evitar la terciarización del suelo rústico".

No obstante, la socialista Garrido manifestó a este periódico que "nosotros ya lo hemos estudiado, reflexionado y decidido: No aumentaremos la parcela mínima". La consellera insular de Territorio, que además es secretaria general de Mallorca del PSIB, añadió: "Mientras el PSIB-PSOE tenga poder de decisión la parcela mínima para construir en el campo se quedará en 14.000 metros. Si Més y Podemos quieren elevar los parámetros en el rústico que lo hagan cuando tengan mayoría", apostilló una firme Garrido.

El enfrentamiento entre instituciones gestionadas por Més (conselleria de Medio Ambiente) y por el PSOE (Territorio del Consell) es evidente. Por un lado, los nacionalistas de Més controlan la Comisión Balear de Medio Ambiente, que es la que debe dar el visto bueno al informe ambiental del Plan Territorial. Por otro lado, los socialistas son los que deben elaborarlo y se encuentran con que el obtáculo del documento ambiental de alcance para poder aprobar el nuevo ordenamiento territorial de Mallorca.

El Govern le impuso al Consell hasta ?? consideraciones técnicas a tener en cuenta en el nuevo instrumento urbanístico para mejorar la sostenibilidad. Mercedes Garrido ya advirtió de que la imposibilidad de que el nuevo Plan Territorial de Mallorca se pueda aprobar durante esta legislatura por esta cuestión.

El informe del organismo de Medio Ambiente, tal y como avanzó este periódico el pasado día 12 de marzo, apuntaba en su apartado de consideraciones técnicas a tener en cuenta: "Se deberá revisar la eficacia de las parcelas mínimas para construir en suelo rústico para alcanzar el objetivo de minimizar significativamente la rururbanización y la terciarización del suelo rústico".

15 meses de plazo

La Comisión Balear de Medio Ambiente (CBMA) le ha dado al Consell 15 meses de plazo para que presente un documento donde argumente de qué forma piensa incluir las 18 consideraciones técnicas ambientales en el nuevo Plan Territorial de Mallorca. Si en este plazo no se cumplen las directrices ambientales que considera la CBMA, se deberá empezar de nuevo la tramitación del instrumento urbanístico del Consell.

Antoni Alorda indicó que "si el Consell nos argumenta y nos fundamenta sus conclusiones, tampoco vamos a ser muy estrictos. La Comisión lo que quiere es una solución al problema de la elevada presión que sufre el suelo rústico en Mallorca, especialmente desde el auge del alquiler turístico". No obstante, Garrido ya lo tiene decidido y el argumento que remitirá a Medio Ambiente es que la parcela mínima "no se toca". Otro aspecto que sí podrían estudiar es el incremento de la edificabilidad, lo que supondría que las edificaciones fueran más pequeñas y se evitará la masiva implantación de piscinas. Habrá que ver si esta solución es aceptada por la Comisión Balear de Medio Ambiente o, por el contrario, exige una apuesta más valiente pasando de 14.000 metros cuadrados a 18.000 o 20.000.

La consellera insular de Territorio explicó que ya ha encargado el documento de evaluación ambiental sobre el Plan Territorial que entregarán a la Comisión Balear de Medio Ambiente y en el que intentarán dar respuesta a las consideraciones técnicas impuestas. En este documento no se contemplará elevar la parcela mínima para construir en rústico.

Alorda recordó que el problema de la urbanización y tercialización del suelo rústico "es uno de los argumentos que nos presentó el propio Consell, al igual que la excesiva concentración en Palma, por consiguiente hemos recogido lo que los propios técnicos del Consell expusieron en su documento de avance del Plan Territorial". Hay que tener en cuenta que en el año 2004, cuando se presentó el primer Plan Territorial, no pasó la evaluación ambiental. Por consiguiente, ahora cuando el Consell plantea una revisión necesita un informe completo.

Desde la institución insular consideran que la condiciones que pone Medio Ambiente son leoninas y que les será del todo imposible poder cumplirlas. Hay que tener en cuenta, que además de estudiar la parcela mínima, también deberán presentar un minucioso estudio sobre movilidad para poder darle el visto bueno ambiental a su nuevo PTM. Ordena especificar cuál es el parque móvil de cada uno de los ?? municipios de la isla y realizar una previsión de crecimiento en los próximos años. Es una medida enmarcada dentro de las consideraciones técnicas de sostenibilidad y regular la movilidad futura de Mallorca. De igual modo, deberá fijar los techos poblacionales de cada una de las localidades.

Otras de las consideraciones técnicas complicadas que Medio Ambiente exige al Consell es buscar una solución a las 2.000 hectáreas de suelo vacante o falsos urbanos que hay en Mallorca. Se trata de suelo no desarrollado y se recomienda su desclasificación. El Consell apunta que este es un cometido de los ayuntamientos.