La ex alcaldesa de Palma y profesora titular de la Universitat de les Illes Balears (UIB), Aina Calvo, ha escrito, en un artículo publicado por el diario digital El Plural, que el caso Cifuentes "pone de manifiesto la urgente necesidad de que las universidades españolas aborden de forma decidida el espinoso tema de la integridad académica en los campus universitarios".

"Desafortunadamente -opina Aina Calvo-, el caso Cifuentes no es un caso aislado: son múltiples las fechorías que indican que la universidad no permanece inmune a la corrupción, cosa especialmente grave si se tiene en cuenta que nos referimos a un espacio formativo que entre sus objetivos incluye la promoción de valores éticos como la integridad, la honestidad, la transparencia o la responsabilidad".

Aunque reconoce que algunas universidades están dando pasos en el camino de la integridad académica, la ex alcaldesa de Palma denuncia también la limitación de esfuerzos realizados y la insuficiencia del camino recorrido. "Muchas de nuestras instituciones de enseñanza superior siguen sin una política de integridad académica clara y, consecuentemente, sin dispositivos eficientes, sin procedimientos precisos y sin delimitar las responsabilidades del conjunto de la comunidad universitaria".

Investigación, plagio y transparencia

La profesora titular de la UIB señala que la investigación es problamente el ámbito de la integridad académica que está recibiendo una mayor atención en la universidad española, pero según, subraya, hay tres factores que limitan su eficacia. "No tener en cuenta que la creación de códigos éticos debe hacerse desde una perspectiva participativa; no acompañar los códigos de mecanismos que faciliten su traducción práctica y no poner en marcha cauces formativos que garanticen el conocimiento y asunción de los códigos por parte de la comunidad universitaria".

Sobre el plagio, Aina Calvo considera que para atajarlo es "necesario generalizar la utilización de programas informáticos detectores de plagio a la hora de corregir éxámenes y trabajos; ofrecer al alumnado formación para evitar el plagio involuntario y formar al profesorado para que sea conocedor de que ciertos planteamientos didácticos pueden facilitarlo o hacerlo más difícil".

Por último, Calvo reconoce que la Ley de Transparencia "ha facilitado la publicación por parte de las universidades de gran cantidad de información a la que antes dífícilmente se podía acceder", pero, según opina, "queda un amplio recorrido para lograr que nuestras univesidades sean instituciones transparentes y comprometidas".