Un verso de Krahe, una camiseta de Bambi o spray en mano. Desde que ocupó su escaño logró captar la atención de los focos. Irreverente, rebelde y locuaz, David Abril (Inca, 1975) ha marcado una forma propia de hacer política en el Parlament. Llamativo en las formas y con las ideas claras, el hasta ahora portavoz de Més se ha ganado durante cinco años haberse convertido en referente de la izquierda mallorquina. Hoy deja la primera línea el ´enfant terrible´ de la política balear.

Doctor en Educación y llegado a la política de la mano de Esquerra Unida, la cual abandonó junto con la actual consellera Fina Santiago para primero fundar Iniciativa d´Esquerres, luego IniciativaVerds y finalmente, con PSM, Més, David Abril entró en el Parlament en 2013. Relevó por entonces a la diputada Joana Lluïsa Mascaró. Desde la oposición al Govern del PP de José Ramón Bauzá rápidamente se popularizó como el diputado de las camisetas. La estela de su amiga y líder de Compromís, Mónica Oltra, quedó atrás enseguida por su estilo particular. Semana a semana sus estampados cautivaron a los suyos. Desde el ´nunca lo haría´ de la madre de Bambi tras las fotos del entonces conseller Carlos Delgado con criadillas de ciervo en la cabeza al ´Me gustas democracia pero estás como ausente´ por la aprobación de la polémica ley de Símbolos.

Pero más allá de las camisetas, Abril se convirtió en uno de los principales azotes de los consellers de Bauzá. Su trabajo en la oposición le hizo escalar posiciones en las listas de Més y ser el número 3 en las elecciones de 2015. Su breve ensayo Repensem Mallorca marcó y fue asumido en gran parte como hoja de ruta de la izquierda soberanista en las islas. La irupción de Podemos, por quien desde el principio admitió simpatía, le convirtió en uno de los principales mediadores del Pacto, el puente entre Més y Podemos. Desdibujado en un inicio de legislatura en el que le costó adaptarse al papel de no estar en la oposición, la entrada en el Govern de los ecosoberanistas le dejó a él con el peso de su partido sobre las espaldas. En 2016 fue elegido coordinador de Més junto a Bel Busquets.

Precisamente, desde ese cargo ha tenido que asumir sus tragos más amargos en política. El estallido del caso Contratos le dejó en una posición incómoda. Defensor de una reacción contundente tuvo que lidiar con las críticas internas por la gestión de la crisis. Con el paso de los meses ha ido dejando poco a poco la vida interna del partido para centrarse en la actividad parlamentaria y el pasado mes de septiembre anunció que dejaba la primera línea política. En el Parlament fue el artífice de la comisión de investigación de Son Espases y esta legislatura, de la de las autovías. Despedido entre alabanzas de los suyos en el último congreso del partido, hoy será su último pleno.