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Cara a cara

"Sobrevivir con el 'top manta' no es delito"

El ex mantero dice que la venta ambulante "no es un sueño para nadie" - Tirado censura el "agravio comparativo" que sufren los comercios legales

Babacar Diakhate y Pepe Tirado, en un momento de su conversación, ayer. guillem bosch

Son las nueve de la mañana de un viernes de marzo y la calle del Jamón de la Playa de Palma apenas se despereza. Todo es calma. El único movimiento humano lo ponen algún turista curioso del Imserso y unos pocos repartidores. Nada que ver con el bullicio que vive esa calle en verano, un torbellino donde se entremezclan turistas, tiqueteros... y vendedores ambulantes. La zona la conoce bien el senegalés Babacar Diakhate, de 35 años. Antes de regularizar su situación con la ayuda de Cáritas y entrar a trabajar en un hotel como traductor, pasó los cuatro primeros años de su estancia en Mallorca vendiendo gafas, collares y sombreros en la calle. Era un mantero más.

Este colectivo ha saltado estos días al primer plano de la actualidad informativa. La primera portada: los incidentes en el barrio madrileño de Lavapiés, cuyo detonante fue la muerte de un vendedor a causa de un infarto después de una persecución con la policía. La segunda portada: las principales asociaciones del pequeño comercio han anunciado una manifestación en Palma contra el top manta.

En este contexto, Diakhate entra en un bar de la Calle del Jamón y estrecha la mano de Pepe Tirado, el presidente de Acotur. Al frente de esta asociación de comerciantes turísticos, Tirado batalla cada verano contra la venta ambulante en puntos neurálgicos de la Playa de Palma y Calvià. Los dos, que se citan a petición de este diario, debaten sobre la causa y los efectos de este fenómeno, que desespera verano tras verano al pequeño comercio.

Sobre la mesa, varios temas: los problemas de integración de los senegaleses; la vinculación de algunos vendedores con el menudeo de drogas, y la propuesta de Podemos de despenalizar la venta ambulante.

¿Los incidentes que se registraron en Lavapiés pueden darse también en Mallorca?

-Pepe Tirado (P. T.): Claro que se puede dar aquí. En zonas como Playa de Palma, Magaluf o Palma, hay mucha tensión. Existe una presencia masiva, descontrolada de vendedores ambulantes. Y esto nos preocupa. Pedimos a las administraciones que detengan esta competencia desleal.

-Babacar Diakhate (B. D.): Lo que ha pasado en Lavapiés ya ha pasado aquí. En 2014 un compañero vio motos de la Policía y empezó a huir. También murió (de un infarto). Esta persona estaba vendiendo y huyó, porque le seguía la Policía.

-P. T.: ¿Pero por qué corréis?

-B. D.: La gente no corre por correr. ¡Corre por algo! Corren para salvar la mercancía. Piense que, si reunimos 15 ó 20 euros, vamos a comprar mercancía. Si la Policía nos la coge, nos quedamos sin nada. ¡Lo que ganan es sólo para sobrevivir! Es como si tú tuvieras una tienda y te quitaran el material.

-P. T.: (Con ironía) ¡Pues nosotros queremos lo mismo! Si en nuestra tienda tenemos productos que no son legales, queremos que tampoco nos levanten acta ni nos impongan sanciones. ¡Nosotros no podemos poner todos nuestros productos en una manta y llevárnoslos a otros sitio! Nosotros tenemos que pagar las multas que nos ponen, porque, si no, nos embargan. Hay un agravio claro. Aquí, ¡agua para todos o chocolate para todos!

Podemos ha introducido el debate de despenalizar la venta ambulante. Que sólo se castigue con multas y que no haya penas de cárcel. ¿Creen que se ha criminalizado a los 'manteros'?

-B. D.: ¿Cómo es posible que la supervivencia sea un delito y te puedan mandar a la cárcel? A la gente en el top manta no le gusta estar en esa situación. Yo estuve cuatro años. Te humillan, te dicen cosas malas. ¡La venta ambulante no es un sueño para nadie! Nuestro sueño es un trabajo digno. No entiendo cómo buscarse la vida puede mandarte a la cárcel.

-P. T.: Eso no es así. Son faltas. Sólo vas a la cárcel si te han cogido con el menudeo de droga. Porque ésa es otra. Muchos compañeros tuyos son buenas personas, no lo dudo. Pero hay otros que no. Y los ves diciendo a los turistas: "¿Quieres 'costo'?.

-B. D.: No podemos juzgar a todos por eso. Hay gente que lo hace, sí. Pero a esa gente nosotros le hacemos el vacío. No les saludamos. ¡Nos hacen daño! Sabemos que, si cogen a un compatriota vendiendo droga en la calle, al día siguiente pondrán en el periódico: 'Un senegalés, detenido por vender droga'.

-P. T.: Pues tenéis que perseguirlo más. Si tú te paseas por zonas como la Calle del Jamón, por Punta Ballena o Ramón de Montcada (Santa Ponça), te encuentras con comerciantes que te dicen: "Los negros hacen venta de drogas". La esconden en árboles, en plantas...

-B. D.: (A estos compatriotas) No les saludamos. ¡No les queremos en la comunidad! Mira, yo tenía un amigo íntimo. Ahora está en la cárcel por vender droga. Cuando le dije a mis compañeros que había ido a verle a la cárcel, me regañaron: "¿Por qué vas a ver a este tipo de gente? ¡Te va a contaminar!".

-P. T.: Nosotros lo que queremos es trabajar. Pagamos nuestros impuestos. Pagamos la Seguridad Social. Vosotros os ponéis en la puerta de nuestro negocio obstaculizando la entrada. Muchos de vosotros sois pesados y agobiáis al cliente.

-B. D.: Si a toda esta gente que dices que está tapando la entrada de los negocios les diesen una oportunidad laboral no estarían allí. ¡Hay que crear oportunidades!

-P. T.: Lo mismo que queréis vosotros, trabajar, es lo que queremos nosotros.

Mientras, entre Tirado y Diakhate las posturas son muy distantes, pero el diálogo fluye, y salta al tema de que siempre se pone el foco en los vendedores ambulantes, pero no tanto sobre las mafias o los almacenes que les suministran esos productos.

-B. D.: Hay gente que se deja convencer fácilmente (para vender drogas). Te viene uno y te dice: "Oye, deja de vender esas gafas, esos sombreros, que no valen nada. Yo te ofrezco esto que es mejor y vas a ganar más". Esa mercancía no la traemos nosotros. Hay que hablar de dónde vienen esas cosas.

-P. T.: Vuestros representantes tendrían que negociar con la administración para que, a través de cursos o de bolsas de trabajo, tus compatriotas puedan tener otras opciones.

-B. D.: Una vez al año viene un líder de Senegal y tenemos una reunión con él. Le pedimos que hable con esta gente (más problemática), que les intente convencer. Además, tenemos tres cofradías de senegaleses en la isla. Hacemos charlas, celebraciones y trabajamos la integración.

Afedeco y Pimeco han anunciado que preparan una manifestación en Palma contra la venta ambulante. ¿Creen que hay motivos para organizar esta protesta?

-P. T.: Nosotros, como Acotur, hemos dado nuestro apoyo a la manifestación. Es que esto está descontrolado. Desde aquí hago un llamamiento para dotar de más medios a las fuerzas de seguridad para luchar contra la venta ambulante. La temporada está a la vuelta de la esquina y la calle no puede estar sin orden. Vivimos del turismo y hay que dar una buena imagen. Los conflictos, los excesos no son nada buenos. Aquí, en s'Arenal, hemos asistido a fuertes alteraciones con la venta ambulante y los políticos miran para otro lado.

-B. D.: Yo veo la manifestación sin problema. No estamos aquí para defender la venta ambulante. Sí que nos quejamos de la persecución que hace a veces la Policía, que persigue a los vendedores hasta el último de los rincones. Ya sabemos que la venta ambulante es ilegal, en nuestro país también lo es. Pero cada uno ha de defender su posición.

-P. T.: ¡Exacto! Cada uno tiene su posición.

Hacia el final de la conversación, Diakhate le explica a Tirado su historia. Cómo llegó en 2009 a Mallorca, desde Senegal, donde cursó estudios universitarios. Cómo pensaba que Europa era una "puerta dorada". Y no era así. Cómo se dedicó cuatro años en la Playa de Palma a la venta ambulante, entre los balnearios 9 y 11, porque "viene menos la Policía". Cómo, gracias sobre todo a Cáritas, perfeccionó su castellano y regularizó su situación, lo que le permitió ver un nuevo horizonte. Y cómo la integración no es fácil, con ese tipo de personas que prefieren quedarse de pie en el autobús antes que sentarse a su lado, mirándole con recelo.

-B. D.: Cuando llegas a Mallorca, lo primero que hay que hacer es esperar tres años hasta empezar el papeleo (para regularizar la situación). ¿Y qué hacemos? ¡Sólo tenemos la venta! Nos dicen: "Coge una caja y ponte a vender". Y no hay otra solución. Además, tenemos la presión de nuestros familiares de Senegal. "Necesitamos algo de dinero", nos dicen. Y tienes que vender. Ahora trabajo en un hotel, de traductor, porque sé muchos idiomas. Ayudo a los clientes que llegan. Y, en invierno, pido que me lleven a la cocina. ¡Quiero aprender la cocina mallorquina!.

-P. T.: La integración es muy importante.

-B. D.: Cuando vas a otro país es clave la integración. Yo se lo digo a mis compañeros. Lo primero que hay que hacer es aprender el idioma, ir a la escuela, formarse. ¡Hay que formarse para el futuro!

Llega el final del cara a cara. Tirado se despide de Diakhate señalando que él no tiene nada en contra de los senegaleses, que él tiene un amigo senegalés que trabaja en un restaurante. "¡Y le llamo 'pichabrava'!", dice. Diakhate sonríe y expresa su deseo de futuro: le gustaría montar su propio restaurante aprovechando esos conocimientos culinarios que va adquiriendo. "Y tal vez pueda contratar a unos senegaleses", se lanza a imaginar.

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