El director general de Presupuestos, Joan Carrió, resaltó ayer que el Govern cerró el ejercicio de 2017 con 48 millones de euros más de ingresos no financieros de los inicialmente previstos. Los tributos cedidos fueron los que más se incrementaron con respecto al año anterior y supusieron para las arcas autonómicas 857 millones de euros, frente a los 767 de 2016, gracias sobre todo al impuesto de transmisiones patrimoniales. A ellos se sumaron los tributos propios, que ascendieron a 141 millones de euros debido en especial al impuesto turístico, si bien la previsión inicial pera que alcanzaran los 150 millones. Las tasas, precios públicos y otros ingresos también permitieron engrosar más las arcas autonómicas, con 121 millones de euros frente a los 103 de 2016. La mayor cantidad, no obstante, procede de la financiación autonómica, que supuso 2.415 millones en lugar de los 2.308 previstos inicialmente por el Govern en sus presupuestos para 2017. Sin embargo, los 279 millones que debían llegar de otras aportaciones se quedaron en 91, en parte por los 120 millones comprometidos por el Gobierno central por el convenio de carreteras y que Balears no recibió. De hecho, según resaltó Carrió, no siquiera llegaron los 15 millones que el Ejecutivo de Rajoy incluyó en los Presupuestos del Estado. En lo que se refiere a la ejecución del presupuesto de gastos, el director general resaltó el del Ibsalut, que ha reducido su deuda desde 2015 en 85 millones a la vez que incrementaba el gasto en el mismo período en 209 millones.