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Ningún juez mallorquín está a la altura de Cursach

El proyecto empresarial más misterioso en curso consiste en la creación de unas salas de cine de superlujo en el ámbito del Paseo Marítimo, con comida durante la proyección y todo tipo de lujos

La CUP patrocina el cartel surrealista del Día Internacional de la Mujer. Si los anarquistas catalanes colocan al mismo nivel a Francina Armengol y a José Ramón Bauzá, que acusa a la presidenta de rabiosa catalanista, los cuperos pueden encomendarse a Kim Jong Un.

La demanda de recusación de Manuel Penalva no era nada personal, solo negocios. Al tratarse del segundo magistrado que abandona la investigación, queda claro que cualquier funcionario que indague con pasión en la mafia de la policía local del PP será apartado. Este silogismo se cierra con la constatación de que la autoridad competente ha decidido que ningún juez mallorquín está a la altura de Cursach, vencedor por KO.

Dado que hablamos de "enemistades manifiestas" en mensajes privados, adjuntamos una relación de excesos verbales de jueces que no mermaron su prestigio ni repercutieron en los procedimientos que instruían o, todavía más importante, juzgaban:

Esta misma semana, el juez Manuel García Castellón de la Audiencia Nacional de Raperos, replica durante la instrucción de la corrupción del PP en Púnica que "me recuerda alguna de las cosa que vi como juez de enlace en Sicilia". Nula repercusión.

José Castro en 2010, "está claro que el señor Matas ha venido a reírse de los simples mortales". Repercutió en seis condenas hasta la fecha, refrendadas por el Supremo y aceptadas algunas por el propio ministro de Aznar.

En la Audiencia Nacional, la magistrada Àngela Murillo habla de los acusados en un juicio, ritual más exigente que la mera instrucción: "Encima se ríen los cabrones". La propia jueza consideró "desafortunadas" sus palabras.

Eloy Velasco, ahora mismo, durante la instrucción de Operación Lezo del mismo PP de antes. "Esto (de la imputada) es un paso para arriba de la Infanta. Si la hemos oído en los pinchazos, sabemos cómo es, ¿por qué hace teatro? Cuando quería hablaba muy bien. Imitaba de puta madre y ahora... Que pase un abogado y con que sepa hablar me basta, que no me venga cada uno a contar una vaina porque yo estoy cansado ya". Nula repercusión.

Javier Gómez Bermúdez al acusado Rafa Zouhier, durante el juicio por los 192 asesinatos del 11M. "¿Se quiere callar de una puñetera vez? A partir de ahora, (hablará) lo justito para su defensa. A la mínima le mando al calabozo y ya comparecerá otro día". Repasando el vídeo, el propio juez manifestó que "no me reconozco en la persona que actúa así". Repercusión, una condena de diez años de cárcel al procesado.

Alfonso Guevara, también de la Audiencia Nacional, daría para una enciclopedia de citas hostiles. Vamos con una de las más breves, la réplica en un juicio al abogado que comunica que su patrocinado se acoge al derecho a no declarar tras sufrir torturas: "No diga usted chorradas". Sin consecuencias.

Antonio Salas, nada menos que magistrado de la Sala de lo Civil del Supremo, recibió el primer asesinato de violencia de género de 2017 con un tuit que glosaba "una manifestación más de la maldad". Centraba el problema en "la fuerza física", y añadía que "si la mujer fuera más fuerte que el hombre, tal vez el problema fuera al revés". Pidió disculpas a quien pudiera haber ofendido. Sin secuelas.

Penalva ha caído en la trampa, un retroceso en la lucha contra la corrupción. Los magistrados de la Audiencia se comportan como los catedráticos de Ciencias de la Información que nunca han escrito una información. A continuación, diseccionan y juzgan con severidad las noticias ajenas. No sabrían orientarse en la calle ni en los pantalanes, nunca han perseguido a gritos a Adolfo Suárez para extraerle una declaración entre una docena de guardias civiles. Eso sí, son los más puristas a la hora de exigir responsabilidades sobre un trabajo que no sabrían acometer.

Hoy nos ilustra la imagen que confirma que la República hace el ridículo con mayor estrépito que la Monarquía. La CUP patrocina el cartel surrealista del Día Internacional de la Mujer, sobre la leyenda "No aguantarem més els vostres privilegis". Si los anarquistas catalanes colocan en el mismo escaño de rechazo a Francina Armengol y a José Ramón Bauzá, que acusa a la presidenta de rabiosa catalanista y feminista, los cupaires pueden enmendarse a Kim Jong Un. Por cierto, los sucesivos candidatos a presidentes de Cataluña que respalda la CUP comparten una característica. Son todos varones. ¿Por qué no está en la pirámide Puigdemont, campeón de la educación segregada de niños y niñas? Madrid y Barcelona comparten eslogan. Ante la duda, arrea a los mallorquines, que nunca se quejan.

Vayamos con los republicanos arrepentidos. Santi Vila, exconseller de la Generalitat desmarcado de la Declaración Unilateral de Independencia con la habilidad suficiente para haber permanecido una sola noche en prisión, mantiene una estrecha amistad con el menorquín Jaume Gomila, el director general de Cultura de este Govern obligado a dimitir por los contratos al jefe de campaña de Més. Es curioso que ambos sean acusados de deslealtad por sus partidos respectivos. El político del PDeCAT acaba de publicar De héroes y traidores, donde recoge anécdotas que ya había intercambiado con su amigo en Menorca.

El proyecto empresarial más misterioso en curso consiste en la creación de unas salas de cine de superlujo en el ámbito del Paseo Marítimo, con servicio de opíparas comidas durante la proyección y todo tipo de lujos sin precedentes. Vean En la sombra, y eso que detesto a Diane Kruger.

Reflexión dominical acuática: "La moraleja de La forma del agua establece que siempre te enamoras de un monstruo. Y si no lo es, lo será".

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